martes, 28 de julio de 2015
Capitulo 670: Las piedras, el martillo y una canción de amor.
El amanecer, bendito amanecer veraniego que te despoja de tu cama, justo en el momento de mayor gloria. Sin apenas descansar lo suficiente se presenta otro nuevo día y el trabajo le espera. No lo maldice, ni mucho menos. Recuerda los tiempos vividos no hace mucho y se siente afortunado de poder decir a la gente, que tiene algo que hacer.
El martillo, la paleta y poco mas. Herramientas mas que necesarias para enfrentarse de nuevo a las piedras. Piedras de todo tipo, de todos los tamaños y de diferentes pesajes. Reniega de su cuerpo cuando se enfrenta a una de las mas "gordas". Si hace cuatro días te cogía con una mano y te ponía en la pared, piensa mientras con mucho esfuerzo y maldiciendo todo lo que le viene a la cabeza, intenta subir dicha piedra.
Una lagartija se cuela entre las piedras. Ahora piensa en todos los animalitos que viven dentro de una de esas paredes. El mas peligroso y que le tiene siempre alerta es sin duda el alacrán, a pesar que a día de hoy por suerte, no conoce una picada suya. Alguna que otra culebra bastarda suele asustarle, aunque él últimamente no suele inmutarse con estos bichos.
Otra vez le ha vuelto a machar otra piedra en una de sus uñas. El dolor es corto pero intenso. No es capaz de estar quieto en un sitio y anda de aquí para allá, como si esa fuera la mejor medicina.Al poco rato está de nuevo con otra piedra entre sus manos.
"Todas valen", le vienen a la mente las palabras de su maestro. Ese es el truco del buen oficial pedrero. Piedra que coges, piedra que tienes que poner. No vale ir escogiendo o darle mas vueltas a las piedras que las peonzas, así nunca aprenderás...
Y le iba haciendo caso, entre bronca y bronca, cosa esencial para aprender un oficio, de vez en cuando alguna que otra broma. Pocos halagos, es cierto, pero de vez en cuando alguno, lo justo para ponerse mas ancho que alto. Fardar ante sus amigos de aquellos músculos que le iban saliendo en los bíceps, gracias a las malditas piedras. Las uñas machadas y las postillas de algún que otro accidente ocurrido en las paredes, esos no los enseñaba.
El día se va desperezando y la calor sofocante hace que uno tenga que beber mucho liquido. es lo que nos tiene en pie. El verano se va haciendo largo aunque él siempre presume de que es la mejor época en la que le gusta trabajar.
Un muerdino de pan y un "cacho" de patatera de vez en cuando, que con la vejez uno pierde la linea de momento y para este trabajo la barriga estorba demasiado. Y vuelta al tajo. La pared avanza y uno se va animando solo al ver el buen ritmo que lleva. Un vistazo a los wasap de los amigos de vez en cuando, es su cigarro. Si el maestro levantara su cabeza y le viera enredando con aquel trasto...
El sol reina en lo mas alto y de nuevo la cantimplora de agua es su mejor aliada. Cinco o seis litros diarios de agua, hay veces que pierde la cuenta de los que se ha bebido. Antiguamente el maestro bebía mas vino que agua, al recordarlo, una sonrisa aparece en su boca. Daba igual que hiciera calor o frío, el vino era lo único que aparecía por aquellas paredes.
Y la hora de comer se va echando encima. Suspira por que haya un buen gazpacho de tomate bien frío que llevarse a la boca. Aunque sabe que si se pasa ingiriendo mucha cantidad, la tarde será larga y muy penosa. Donde los ardores se apoderaran de su estómago y solo con un pipo de cereza en la boca, será capaz de aliviarlo.
Y la tarde se pasa deprisa y el trabajo está hecho. Un paso atrás para ver mejor la obra realizada y una sonrisa de nuevo en su caluroso y sudoroso rostro. Solo queda lavar y recoger los trastes, labor que hace tarareando una canción de amor que en ese momento suena en la radio. y que, por otra parte le hace recordar a quien le espera en casa, de la cual sigue enamorado como el primer día...
domingo, 26 de julio de 2015
Capitulo 669: Que las volvamos ha asar.
Y un año mas volvimos a celebrar la fiesta del barrio, como la llaman los mas peques que por aquí abundan por suerte, en mayoría. Son los que mejor se lo pasan y hacen ellos también posible con sus juegos e inventos, que este fin de semana no decaiga de un año para otro. Y es que es una tontería el juntarse quizás, pero ellos empiezan a ponerse nerviosos desde principio de la semana con los preparativos previos. Globos de agua, sprays para pitarse o cualquier cosa que se les pueda ocurrir, en este barrio se realiza este fin de semana.
Nosotros, los mas mayores, sabemos que cada año le toca ir a comprar los trastes a dos vecinas del barrio. Esta tradición lleva ya varios años. Siete en concreto y aunque a lo mejor durante el año el trato entre los vecinos no es muy allegado, es cierto que no he visto ningún mal rollo entre nosotros desde que llevo viviendo en este lugar. Y eso se agradece, saber que tienes a gente cercana para lo que te pueda hacer falta es importante. La algarabía de los niños que cada noche visitan nuestro tranquilo barrio animan el lugar. Los coches no existen en nuestra calle y el que pasa por ella sabe que dicho lugar está plagado de niños y por lo tanto debe de tener cuidado.
La barbacoa famosa volvió a echar humo y el olor a carbón cubrió todo el barrio. El maestro cocinero Antonio, volvió a sudar la gota gorda y con su temple habitual consiguió de nuevo que la carne estuviera exquisita. Un plato mas de cada casa demostró a todos lo buenas cocineras que existen en el lugar y entre cerveza y cerveza y algún aperitivo mas, fuimos pasando la noche comentando los días veraniegos calurosos que llevamos y como nos la ingeniamos todos para ir sobreviviendo.
Los calambucos no faltaron y con la media noche alcanzando el reloj, el tan deseado fresco hizo acto de aparición y allí se estaba en la gloria. Risas, chistes y niños de aquí para allá nos fuimos acompañando hasta altas horas de la madrugada, donde en un santiamén quedó todo recogido como si nada hubiera ocurrido en el lugar.
Y esta mediodía las "sobras", por lo que es ya tradición que sobre para poder de nuevo comer juntos el domingo.
Y así es mi barrio y sus gentes, y bien contento yo de pertenecer a el. Saber que estas historias no se hacen casi en ningún lugar del pueblo nos hace persistir en que no decaiga nuestra fiesta y si el tiempo lo permite y estamos todos bien de salud, el año próximo el ultimo fin de semana del mes de julio volveremos a encender la barbacoa para que ese aroma a carne asada no se nos vuelva un extraño.
Gracias a todos en especial a Juana Mari y Miguel por cargar con casi toda la ceremonia cediendo el lugar.
Fotos: Juana Mari.
Nosotros, los mas mayores, sabemos que cada año le toca ir a comprar los trastes a dos vecinas del barrio. Esta tradición lleva ya varios años. Siete en concreto y aunque a lo mejor durante el año el trato entre los vecinos no es muy allegado, es cierto que no he visto ningún mal rollo entre nosotros desde que llevo viviendo en este lugar. Y eso se agradece, saber que tienes a gente cercana para lo que te pueda hacer falta es importante. La algarabía de los niños que cada noche visitan nuestro tranquilo barrio animan el lugar. Los coches no existen en nuestra calle y el que pasa por ella sabe que dicho lugar está plagado de niños y por lo tanto debe de tener cuidado.
La barbacoa famosa volvió a echar humo y el olor a carbón cubrió todo el barrio. El maestro cocinero Antonio, volvió a sudar la gota gorda y con su temple habitual consiguió de nuevo que la carne estuviera exquisita. Un plato mas de cada casa demostró a todos lo buenas cocineras que existen en el lugar y entre cerveza y cerveza y algún aperitivo mas, fuimos pasando la noche comentando los días veraniegos calurosos que llevamos y como nos la ingeniamos todos para ir sobreviviendo.
Los calambucos no faltaron y con la media noche alcanzando el reloj, el tan deseado fresco hizo acto de aparición y allí se estaba en la gloria. Risas, chistes y niños de aquí para allá nos fuimos acompañando hasta altas horas de la madrugada, donde en un santiamén quedó todo recogido como si nada hubiera ocurrido en el lugar.
Y esta mediodía las "sobras", por lo que es ya tradición que sobre para poder de nuevo comer juntos el domingo.
Y así es mi barrio y sus gentes, y bien contento yo de pertenecer a el. Saber que estas historias no se hacen casi en ningún lugar del pueblo nos hace persistir en que no decaiga nuestra fiesta y si el tiempo lo permite y estamos todos bien de salud, el año próximo el ultimo fin de semana del mes de julio volveremos a encender la barbacoa para que ese aroma a carne asada no se nos vuelva un extraño.
Gracias a todos en especial a Juana Mari y Miguel por cargar con casi toda la ceremonia cediendo el lugar.
Fotos: Juana Mari.
domingo, 12 de julio de 2015
Capitulo 668: Ruta en el Torno.
Otro domingo mas a pesar de las altas temperaturas, no podíamos quedarnos en casa. Por eso a las siete de esta mañana, hora oficial para salir a comernos nuestra comunidad, nos dábamos cita en la plaza de Huertas, donde en este tiempo, solemos emparejar con jóvenes que a esa hora llegan a sus casas. Eterna juventud!!! a otros ya nos da por otras cosas...
Allí nos hemos dado cita cuatro amigos senderistas que anteponemos el salir a caminar, a otras obligaciones y luchamos por conseguir que nuestra tierra no caiga en el olvido, ademas de intentar pasar nosotros buenas jornadas dominicales. Lo primero lo vamos consiguiendo poco a poco y lo segundo... no tengáis ninguna duda de que no hay domingo alguno, que no logremos desconectar de la rutina semanal y de los problemas de todos los días. Caminar, conocer, charlar, reír, sudar, aconsejar, ayudar..son algunas de las cosas que cada día de ruta es de obligado cumplimiento realizar.
Con el pan del motor a buen recaudo, ponemos rumbo hasta Plasencia. Es otra de las cosas habituales ya en nuestras rutas el conducir con el olor a pan en nuestras narices.
Hoy decidimos pasar por Monfrague sin saber que cualquier día puede ser bueno para contemplar la naturaleza, sin apenas bajarse uno del coche hoy hemos disfrutado de un enorme jabalí, que tranquilamente nos ha cruzado delante del coche. Quiero recordaros a todos que es importante pasar por el parque a velocidad reducida, no sabes que en cualquier momento te puede sorprender cualquier animal y meterse debajo del coche, con el daño que podría conllevar tal hecho. Unos metros mas adelante una cierva de gran tamaño nos esperaba en la cuneta, sin apenas darnos tiempo a sacar los móviles para fotografiarla. Aunque un poco mas adelante, otra cierva daba de mamar a su joven cervatillo, que al vernos ha decidido desaparecer en la maleza. Con algunos avistamientos mas de ciervas y sus crías hemos acabado de cruzar el parque, con la satisfacción de todo lo visto.
Conversando sobre todo lo vivido en el viaje, hemos cruzado Plasencia rumbo hasta la localidad de El Torno, a la cual hacia justo un año que no volvíamos. Por sus calles la gente mayor ya venia de vuelta de sus paseos y los últimos recogedores de cerezas, apuraban las ultimas que quedan ya en los arboles. Es verdad que una vez acabado dicho trabajo, es cuando el Valle y sus pueblos cobran vida. Durante la cosecha allí trabaja todo el mundo y nadie tiene tiempo para disfrutar de una jornada de descanso, menos aun este año que la calor reinante a adelantado varios días el final de la recogida cerecera.
Llegar a cualquier pueblo del Jerte obliga a entablar conversación con cualquier vecino. Existe poca gente tan amable y dicharachera con los forasteros como los residentes del Valle. Hoy sin ir mas lejos hemos emparejado con Manolo, el cual venia ya de sus tareas tirando de un burro. Este hombre por lo visto es uno de los que se encarga de tener un poco cuidadas las rutas que hay marcadas por los alrededores del pueblo. Después de comunicarle la ruta que teníamos pensado hacer, nos ha contado varias anécdotas y otro montón de historias a velocidad de crucero. Un par de plumas de buitre que yo llevaba en la mochila de adorno me las ha pedido, diciéndome que coleccionaba plumas de cualquier pájaro. Así que regalandoselas, hemos conseguido despedirnos de él, antes de que la calor nos adelantara en la ruta.
La ruta es corta, unos nueve kilometros escasos los cuales en su parte mas dura te hace sudar un poco. El muerdino nos le hemos comido en el mismo sitio que el año pasado, con la excepción de que este año en la zona existían mas mosquitos y algo menos de agua. Ya nos lo había advertido nuestro amigo Manolo...
Después de comer viene el tramo mas duro hasta llegar a la parte de arriba de la garganta "Puria", hemos preferido hacerla a buena velocidad para de esa manera quitarnos toda la calor que vendría después con el paso de las horas.
Visitando un hermoso chozo de piedra hemos seguido caminando en busca del pueblo, donde teníamos previsto refrescarnos en su piscina natural. Allí hemos vuelto a comprobar en nuestras carnes el agua fría del Jerte, la cual nos relaja de forma significativa una vez terminadas nuestras rutas.
Con la misma pena de todos los domingos hemos abandonado el lugar para tomarnos un refrigerio antes de poner tierra de por medio y regresar a nuestras casas. Pudiendo comprobar como la temperatura puede variar hasta cinco grados de una comarca a otra.
Otra ruta mas por nuestro querido valle del Jerte, el cual nunca dejará de sorprendernos en cualquier época del año.
Nos vemos por las callejas mientras se pasa el calor...
La ruta.
sábado, 11 de julio de 2015
Capitulo 667: Ari, ari, ari, Toquero Lehendakari!!!!
Era tan necesaria su presencia en una liga plagada de estrellas, que Toquero fue para muchos futbolistas de segunda B los cuales sabían que estaban condenados a pasar por esa categoría sin pena ni gloria, un espejo donde mirarse.
Posiblemente fuera solamente un intruso, pero que intruso. Nunca olvidaré aquel gol en la final de Mestalla que tanto nos hizo emocionarnos, aunque a la postre, no nos valiera para nada. Aquellos cientos de abrazos con gente que no había visto en mi vida están tan marcados en mi memoria, que estoy seguro que olvidare cientos de cosas antes que aquel fantástico día.
Esa garra, la cual suplía la falta de técnica, convencía a la mayoria de los aficionados, que no a todos, y también a varios periodistas, los cuales no comprendían como un jugador así, podía militar en un equipo de primera división. Otros muchos escribían mofándose de su estilo de juego y de su poca clase que podía tener de jugador, claro está, al lado de verdaderas plataformas "sacaperras" que tildan la misma importancia a la hora de jugar bien, con lo guapo y elegante que uno pueda llegar a ser.
Este chaval, calvo, pero chaval, llegó con veinticinco años al Athletic gracias a Don Joaquín Caparrós, el cual quedó prendado de su garra, fuerza y polivalencia, por los campos de barro, donde se forjan los futbolistas de verdad. Donde se anteponen otras características antes de la técnica y eso por aquellos años, hacia mucha falta en el Athletic.
Su falta de minutos nunca los puso en boca de nadie y siempre esperaba su oportunidad desde el respeto a los entrenadores y a sus compañeros. Esa profesionalidad es de admirar, mas aun cuando el mundo del fútbol y los que le rodean, dan cada vez mas pena con sus ansias de polémica y ganas de vender periódicos, no importándoles la vida privada de nadie.
Muchas gracias Gaizka desde Extremadura por tu corazón zurigorri. Por tu sencillez, por tu cariño, por tu tesón, por tu garra, por tus cojones rojiblancos y por ser como has sido todos estos años.
Ojala y puedas seguir disfrutando del fútbol en primera y si no, estoy seguro que no se te caerán los anillos por jugar en otra categoría inferior. Hace años demostraste a todo el mundo que con humildad y trabajo se llega a donde uno quiera, viniendo desde lo mas abajo que uno pueda venir.
Ari, ari, ari, Toquero Lehendakari.!!!!
domingo, 5 de julio de 2015
Capitulo 666: Ruta en la cueva de Juan Caldilla.
En una nueva jornada dominical, uno no podía quedarse en casa a pesar de la calor que nos avisaban que íbamos a pasar en el día de hoy. El que no conozca Extremadura puede llegar a dudar de que aquí el verano es insoportable y todo lo que nos rodea es calor y mucho sol. La verdad que algo de cierto hay en ese pensamiento, pero no es mas cierto que hay zonas extremeñas las cuales son perfectamente soportables incluso en esta época del año.
Nuestro cometido en estas fechas para no dejar de patear nuestra tierra es, buscar rutas que, ademas de no ser muy largas, intentamos que no estén muy lejos y preferiblemente deben de terminar en algún charco donde poder refrescarnos los valientes que nos seguimos atreviendo a caminar.
La ruta de hoy lo tenia todo eso y ademas otra cosa mas, las impresionantes vistas que existen de todas las Villuercas, una zona menos publicitada de Extremadura pero que cautiva rápidamente a quien lo visita por primera vez.
A las siete de la mañana nos juntábamos los tres senderistas que habíamos confirmado nuestra asistencia. El habiente era ya caluroso aunque a esas horas se podía soportar todavía. Sin perder tiempo nos poníamos en camino hasta Campillo de Deleitosa, lugar que uno lleva en el corazón por haberle visitado varias veces y no dejar de sorprenderme cada una de las visitas que realizo.
Algo menos de una hora y nos encontrábamos en el punto de salida de la ruta. Tenemos que decir que la subida a la cueva en las otras ocasiones la realizamos por otro sendero mucho mas intransitable y salvaje. Hoy decidimos dejar el coche en el alto de la misma carretera y desde allí coger en linea recta hasta la cueva de Juan Caldilla, lugar que para nosotros es de obligado cumplimiento el visitar al menos una vez al año.
La ruta de hoy, mucho mas cómoda de realizar, nos ha dejado fotografiar unas vistas impresionantes que en las otras ocasiones de la ascensión, no pudimos apreciar. Pero hoy con mas tiempo para disfrutar del paisaje, nos hemos recreado con la cámara algo mas de lo habitual.
La mañana seguía avanzando en el tiempo y la calor comenzaba a hacer acto de presencia, lo bueno para nosotros era que nos quedaba muy poco para llegar a la entrada de la cueva. Nos habían comentado que la ruta la tenían señalizada con montoncitos de piedra y que era fácil de seguir, no os fiéis si vais algún día, es fácil salirse de la vereda y hay que estar muy listo para no desviarte de la ruta. Es cierto que es mas cómoda de realizar pero hay mucha piedra suelta que puede dar algún susto a la hora de pisarla. Alguno de nosotros para no perder la costumbre, hemos tenido algún que otro resbalón con el correspondiente "culetazo", nada nuevo para nosotros...
Y poco mas de hora y media después allí estábamos de nuevo, en ese lugar que uno mira de forma diferente cada año que vuelve. Ese lugar que como buenos centinelas defienden una colonia de buitres con la grata sorpresa hoy de ademas, ver una pareja de alimoches junto a ellos. Con cientos de pájaros aviones y vencejos que anidan dentro de la misma y con la cara nuestra de felicidad al volver a uno de los sitios que mas nos han impresionado de los muchos lugares que hemos ido conociendo por las tierras extremeñas.
La subida al lugar es un poco peligrosa, por eso desde que se nos ocurrió la vez primera de llevar una cuerda, esta no se queda atrás nunca, aunque bien es cierto que hoy para subir no la hemos precisado y tan solo en la bajada hemos hecho uso de ella.
Hoy como andábamos bien de tiempo hemos decidido subir con las mochilas y aprovechar el lugar para comernos el muerdino. Con una temperatura excelente nos hemos aprovechado del lugar y cerca de una hora hemos disfrutado de las impresionantes vistas que ademas nos alegraban los buitres con sus espectaculares vuelos.
La bajada como siempre nos acojona un poco, pero hoy, no se si por culpa del trago de la bota de vino, el caso es que la hemos realizado bien, sin miedo ninguno y tan solo un ultimo susto una vez ya en el suelo, al intentar recuperar la cuerda y tirar de ella de mas de fuerte...risas a tutiplen!!
La diferencia de temperatura era brutal de estar dentro a salir fuera. Por eso no hemos dudado ni un minuto y hemos emprendido el camino de vuelta hasta el coche. Por una distinta senda un poco mas a la izquierda de la que habíamos utilizado para la ida, hemos ido recortando los pasos que nos quedaban hasta el lugar de inicio. Es muy aconsejable en esta ruta llevar abundante agua y mas si es un día de calor como el de hoy.
Buscando alguna que otra sombra hemos ido descansando un par de veces o tres, no había prisa y es mejor hidratarse bien para no llevarnos ningún susto.
Una vez en el coche hemos puesto rumbo hasta la garganta de "Descuernacabras" lugar donde las veces anteriores acabábamos la ruta y nos dábamos el baño. Hoy de forma mas inteligente hemos llegado al lugar montados en el coche y allí con mas tiempo, hemos disfrutado del lugar que sin duda es paradisíaco y muy poco visitado, con lo cual uno agradece estos lugares y los aprovechamos a tope.
El agua de la garganta es de un color azul cielo y su temperatura es mucho menos fría que las gargantas veratas, con lo cual uno se refresca mas tiempo dentro del agua.
Ciento de truchas pequeñas y varios galápagos nos saludaban extrañados de ver humanos en el lugar, donde los martines pescadores son los dueños de todos los arboles y alguna que otra exhibición nos han dado de pesca,
No se el rato que hemos pasado allí, solo se que una vez camino del coche uno miraba hacia atrás con mas pena que gloria al abandonar dicho sitio.
Una visita rápida al pueblo para volver a comprobar un año mas, que no existe ni un triste bar donde tomarnos una cerveza fría....
De vuelta montados en el coche, íbamos con la sonrisa en la boca recordando el día pasado hoy y lo que nos ha dado de si, ilusionados de poder haber vuelto un año mas a uno de los lugares mas espectaculares de la vieja Extremadura de la cual uno, se siente cada día mas enamorado.
Nos vemos por las callejas.
La ruta
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