En mi afán por no quedarme soltero, como casi todos los que trabajan en la obra, decidí apuntarme o darme de alta, (como quiera que se diga) en una red social de esas, que, según dicen algunos, es mano de santo para emparejarte con alguna mujer.
Yo la verdad que no creía mucho en ello, pero por probar no perdía nada. Así que con la ayuda del mas joven de los peones de la obra, que había hecho un máster en tecnología móvil y seguía practicando en la obra, puesto que no soltaba el celular en todo el día, quedamos para que me enseñara y ayudara a registrarme en la famosa página.
Lo primero que me dijo fue que no debía de mentir a la hora de registrarme, puesto que las mentiras tienen las patas muy cortas y todo se acaba sabiendo. Pero a mi no me cuadraba mucho describirme tal y como soy, de esa manera estaba casi seguro que la pareja que me buscara, iba a dar mas miedo que otra cosa. Por eso convencí a mi compañero para que de vez en cuando, metiera alguna mentira piadosa para aspirar a una pareja en condiciones.
Edad: Cuarenta y cinco años. ( No me hacia falta poner que tenia menos, hay mujeres jóvenes que los prefieren maduros).
Descripción: Cabello moreno, corto y bien peinado. Afeitado todos los días y pocas arrugas en la cara. Mi amigo se enfadó un poco conmigo, puesto que las barbas que tenia parecían las de "Bin Laden", pero le prometí afeitarme en el momento de tener la primera respuesta por parte de alguna pareja.
Trabajo: Encargado general de obras en ACS.
Mi amigo meneaba la cabeza según iba escribiendo en su ordenador, !te has pasado un poco! me dijo. Para quitar siempre hay tiempo, le contesté mientras pensaba en la siguiente pregunta que me había planteado mi compañero.
Estado: Tengo una duda, no se si ligan mas los divorciados o los solteros, ¿que me aconsejas? pregunté.
-Es mejor que digas alguna verdad.
_Pues pon soltero.
Localidad: Me interesan de toda la provincia de Càceres.
Vehículo: BMW.
- ¿Otra vez mintiendo?
_ Y si me le compro algún día, ¿que?
Altura y peso: No pongas que tengo barriga cervecera que eso no gusta a las mujeres. Pon que mido uno ochenta y que peso setenta kilos. Quiero empezar a hacer un poco de régimen y quitarme las cervezas.
Fumas: Si o no, mejor pon que no, que lo voy a empezar a dejar mañana mismo.
Bebes: Ya te he dicho que voy a dejar las espumosas mañana o pasado... (Que difícil es registrarte sin decir ninguna mentira)
Bueno, pues yo creo que ya está. Ahora damos al botón de aceptar y a esperar. Seguro que antes de que te acuestes hoy, tienes algún mensaje.
_Ojala y Dios te oiga. Muchas gracias por las molestias, si sale algo decente, ya te recompensaré.
Al día siguiente cuando entré en la obra, noté muy sonrientes a todos mis compañeros. Al preguntarles el porqué, ninguno dijo nada y pronto cambiaron de tema. El que me ayudó con el registro de la página me preguntó si había tenido algún mensaje, a lo que yo respondí que la verdad es que no sabia donde se miraba eso. Me quitó mi celular y abrió la pagina famosa. En rojo había un numero tres, justo arriba a la derecha.
-Tienes tres mensajes. Uno es de una tal Amapola bipolar. otro de una tal Lengua de fuego y el ultimo de una que se hace llamar Jenny Sun.
- ¿Cual quieres leer primero?
_ Me da igual, los tres voy a leer. Me estoy poniendo nervioso y no se ni lo que pone.
- Amapola Bipolar ha escrito: Hola, me gustaría quedar para conocernos. Creo que eres el tipo de hombre que estoy buscando. Mándame una foto y te respondo con otra.
_ !Una foto! no jodas, déjame una tuya, no le mandes una mía que jodemos el invento.
- Tranquilo, vamos a leer los otros. Lengua de Fuego ha escrito: Hola mi amor, estoy deseando conocerte y pasar un buen rato contigo. No te preocupes, soy muy discreto.
_ ¿Discreto? no jodas, que es un tío.
-Que no, seguro que se ha confundido al escribir.
_ Que susto me has dado, macho.
- Jenny Sun ha escrito: Hola, he leído tu perfil y seguro que mientes como casi el noventa por ciento de los hombres que se registran aquí. Así que si quieres que nos conozcamos ya estas mandándome un privado con tu verdadera identidad.
_ Joder con la Jenny de los cojones, que lista es. De esa no quiero saber nada, no la respondas.
- Vale, ¿a cual de las otras dos mandamos un mensaje?
_ No se, estoy en duda pero la que se llama Lengua de Fuego me ha impresionado. Mándala algo si quieres.
-Vamos a ver, una cosa así: Hola Lengua de Fuego, yo también me muero de ganas de conocerte, aunque no se si vives cerca de mi. Si me dices donde vives, me las apaño para ir. Un beso de tu nuevo amigo que arde en deseos de estar a tu lado.
_!Coño!, no te has pasado un poco con los ardores y deseos, veremos a ver si contesta.
- Ya veras como si y no tardando mucho...
Dos horas mas tarde sentados comiéndonos el bocadillo, volví a mirar el móvil. En la pagina de contactos había un numero uno marcado en rojo, era otro mensaje. Ahora mi compañero no estaba allí y decidí leerle yo solo.
Lengua de Fuego ha escrito: Hola de nuevo mi amor. Si tu ardes en deseo yo me estoy derritiendo de ganas de conocerte. Vivo en Abertura y tengo casa. Si quieres venir esta tarde te explico donde es. Espero que me respondas amor, tu Lengua de Fuego ya te añora.
_ Ostia puta!! la madre que me parió que me voy para Abertura.
Estas bien, me preguntaron mis compañeros. Si, todo bien. Es que me han mandado un mensaje de que me han tocado cincuenta euros en la ONCE.
El día se me hizo eterno, las horas del reloj no pasaban y yo solo pensaba en lo que me encontraría en Abertura.
Sin decir nada a mi amigo, el que me había ayudado en el tema, preferí montarme en el coche y poner rumbo hasta este pueblo cercano, del que solo me separaban menos de treinta kilometros. Por eso veinte minutos después, estaba aparcando en las afueras del pueblo mi renault doce.
Ahora el siguiente paso era mandar un mensaje a la mujer que me esperaba. La verdad que el nerviosismo me hacia fallar a la hora de marcar las teclas. Solo escribí una frase corta diciendo que me encontraba en su pueblo, para que me hacia falta mas. Y la respuesta fue inmediata por su parte. Me dijo el nombre de su calle y el número de la misma, así que al primer lugareño que me salió al paso, le pregunté por donde se iba. Estaba bastante cerca.
La fachada estaba pintada desde hacia poco tiempo. Y tenia un balcón lleno de flores de todas las clases. Delante de la puerta no me atrevía a llamar al timbre y en ese momento me di cuenta de que me hacían falta un par de cervezas para los nervios. En un ataque de valentía apreté el botón y poco después una voz me preguntaba quien era.
En ese momento me quedé en blanco y la voz no me salia del cuerpo. Tan solo fui capaz de preguntar en voz baja que si la del otro lado del "telefonillo" se llamaba Lengua de Fuego. Una voz un poco ronca me respondió afirmativamente y acto seguido sonó la puerta para que yo empujando hacia dentro, lograra abrir.
Escaleras arriba, escuché la voz anterior invitándome a seguir por el pasillo andando hasta el final del mismo, donde una puerta permanecía entre abierta.
-Pasa, que estoy aquí en mi dormitorio.
Mis ojos empezaron a hacer chiribitas y comencé a imaginar todo lo que un hombre un poco necesitado, podía desear.
No era capaz de imaginarme a la que se encontraba detrás de la puerta, por muchos intentos que mi mente en ese espacio corto de tiempo, había insistido.
Sin dudarlo mucho mas, abrí la puerta de manera lenta y lo primero que alcancé a ver fue parte de una cama que tapaba una fina cortina de seda blanca.
La voz ronca volvió a sonar, invitándome a que me acercara mas a la cama. La que se encontraba allí dentro estaba de espaldas y eso me mosqueo un poco, aunque no le di mayor importancia. Yo solo pensaba en colocarme en aquella cama, al lado de su inquilina.
Justo estaba en esa operación cuando aquel cuerpo humano se giró y quedó delante mía, tal y como su madre la había parido, por lo menos ochenta años atrás. Pero eso no fue lo peor. Aquella presunta mujer llamada Lengua de Fuego, se convirtió de repente en un macho hecho y derecho, con un aparato que daba miedo a pesar de sus años.
Impactado con la escena que se me había presentado delante mía, me quedé unos segundos inmóvil, sin reaccionar. Hasta que por fin mis piernas aceptaron la orden de mi cerebro y comenzaron a correr pasillo adelante y escaleras abajo, jugandome el físico ante la velocidad que llevaba.
Batiendo el récord de los cien metros libres y rebajandole en dos segundos por lo menos, logré montarme en mi renault doce y ponerle a todo lo que daba por aquellas calles hasta que me metí en la autovía que me llevó hasta mi casa....
Al día siguiente la obra era una fiesta, claro está, para todos menos para mi, que estaba como para que me pidieran fuego.
En el bocadillo me explicó uno de los dos peones, que me habían gastado una broma y que sin que yo lo viera, habían escrito en esa maldita pagina mis gustos, entre los que estaban ese hombre de Abertura, el cual no me quitaré de mi memoria ni naciendo tres veces.
Lengua de Fuego....
Vaya puta sombra...