domingo, 12 de enero de 2014
Capitulo 553: Ruta por los Barruecos.
En la mañana de hoy volvíamos a nuestra rutina dominical, que no es otra que la de hacer senderismo, a la vez que seguimos conociendo los encantos de nuestra comunidad.
La ruta que teníamos preparada para hoy, es sin duda alguna, una de las rutas y parajes mas famosos que hay en la provincia de Cáceres. En Malpartida de Cáceres, se encuentran los Barruecos, un paraje natural,declarado por la junta de Extremadura monumento natural, allá por 1996.
Esta mañana a las siete y media, volvíamos a quedar en la plaza de Huertas, para una vez montados en nuestros coches, llegar hasta la localidad de Malpartida de Cáceres, donde se encuentra bien señalizada, la ruta de hoy.
Catorce miembros nos dábamos cita aquí en Huertas, y allí en el pueblo, se nos unían dos componentes mas, por lo que una vez colgadas las mochilas y atadas nuestras mascotas, nos disponíamos a buscar el principio de la ruta, la cual, daba comienzo por una carretera asfaltada. Como unos dos kilómetros después, el asfalto daba paso a un camino de tierra y una vez alcanzado dicho camino, comenzábamos a presenciar una gran cantidad de canchos y cigüeñas, que nos saludaban a un lado y a otro de la vereda.
Si por algo es conocida esta zona, es por la implantación en la misma del museo Vostell, el cual recibe una gran cantidad de visitantes a lo largo del año. Malpartida es un pueblo donde se realizan gran cantidad de actos culturales y eso se nota en el ambiente.Un pueblo culto jamas puede morir.
Según seguíamos caminando las vistas y los paisajes no dejaban de sorprendernos. Las charcas llenas de agua y las cigüeñas recién venidas, era otro aliciente para seguir disfrutando de la ruta.
En el antiguo Lavadero, hemos aprovechado para comernos nuestras ya habituales viandas, que bien es verdad, que en este tiempo, están mejor aun si cabe.
Una vez levantado el campamento, hemos seguido andando a buen ritmo, la mañana amenazante de lluvia, se iba consumiendo sin que esta, hiciera su aparición y una agradable temperatura, nos invitaba a despojarnos de alguna de las mangas, que llevábamos puestas.
Entre las habituales risas y el buen ambiente, seguíamos andando y hablando con unos y otros miembros del grupo. Esa terapia tan necesaria, se ha convertido en algo ya casi inevitable. Ademas del deporte que ejercemos, la amistad ya consumada entre todos es la parte mas bonita de todo esto.
Unos doce kilómetros después, alcanzábamos de nuevo el pueblo, no sin antes haber charlado con alguno de los habitantes del lugar, el cual nos contaba la preocupación que existe en toda Extremadura con el tema de la caza menor, la cual hemos podido comprobar en nuestras propias carnes, como esta desapareciendo a pasos agigantados y lo que era antes encontrarte conejos, liebres y perdices en nuestras rutas, hoy en día es un verdadero milagro ver alguna de estas piezas.
Montados en los coches volvíamos a nuestro pueblo, con la satisfacción de haber conocido otro de los lugares importantes de nuestra comunidad.
Hasta la próxima, nos vemos por nuestras callejas.
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