No es bueno
que a alguien que no esté acostumbrado a ello, le sobre tiempo, todo el tiempo
que un día normal y corriente pueda tener.
Por tu
cabeza pasan al cabo del día miles de informaciones, aunque uno intente no
estar pendiente de todo lo que ahora debería de estar. Te sientes excluido de
esta sociedad, a pesar de llevar poco tiempo parado. Ya no eres de los que
trabajan, ahora has pasado al grupo de los mal mirados, esos que según los
trabajadores, no trabajan por que están mejor en casa. Quizás tú fuiste uno de
los que hace cuatro días los llamaba a estos así, seguramente que también los
mirabas por encima del hombro y los
dabas de lado cuando te encontrabas con ellos.
Nunca antes
por tu cabeza pasó el tener que prescindir de tantas cosas a la vez, a ti no parecía
que te pudiera tocar esto. Por desgracia te equivocaste, no estabas preparado
para ello, a ti no te podía tocar, tenían que caer otros muchos antes, pensabas
tú. Pero de golpe y porrazo, como el que no quiere la cosa, te ves envuelto en
el cáncer que es para esta sociedad el paro, el aburrimiento, el no poder hacer
una vida normal como la que llevabas, sin excesos pero tampoco con tanto
recorte, con tanta asfixia, con tanto numero a fin de mes, no puedo con ello,
sigo sin estar preparado para esto.
Escuchas a
unos y otros prometer, mentir, abusar y se te quitan las ganas de todo, no
puede ser normal que unos cobren tanto y no se apenen de los que no tienen
nada. Que el hambre ya no está en África solamente, está mucho más cerca y raíz
de ella, la gente no piensa igual, porque teniendo el estomago lleno y tu tiempo
ocupado trabajando, uno no piensa igual que el que le tiene vacio y se sienta
al sol a ver pasar las horas, sin ninguna ambición, sin ganas de vivir.
Pero da
igual, ya eres un parado mas, ya estas fuera de juego, ahora tienes que codearte
con los de tu clase, con los que solamente cobran para pagar a los bancos, esos
que están al acecho para ver si te pueden quitar tu casa, aquella que ellos
mismos te obligaron a construir como ellos quisieron.
Tampoco
sienten pena de ver como tu vida se va apagando, incluso ellos te ayudan a
aflojar tu bombilla, no puede brillar tanto, ya no es de la misma calidad que
la de uno que esté trabajando, la tuya es de bajo consumo y esa a los bancos,
no interesa.
Y sigues
viendo correr el tiempo, y tu vida sigue igual, algún que otro conocido se va
uniendo a tu grupo, eran los mismos que antes estaban contigo en el otro clan,
el clan de los currantes.
El tiempo
sigue pasando y a ti te parece que no se mueve, los días del calendario se
hacen eternos y has perdido la alegría de saber lo que era un viernes, ya te da
igual, que pena, con lo bonito que era ir un viernes a trabajar con aquella
sonrisa en la boca desde por la mañana, cantando casi sin tener ganas, pero el
cuerpo te lo pedía. Ahora has perdido las ganas de cantar, luchas contra tu
otro yo, para no caer en ningún vicio, seria de cobardes el hacerlo, pero en
estas situaciones, los cobardes se multiplican
y arrastran con ellos a mas cobardes y al final, se salvan muy pocos de
no ser como ellos. Para esto si te estás preparando, no te puede coger otra vez
esto de improviso, una vez se puede tropezar, pero la segunda no hay excusa
para volver a hacerlo.
Tengo que
dejar de pensar, no puedo fustigarme tanto, no vivo o ¿quizás si?
¡¡¡Que pena me da que tengas que escribir esto!!!
ResponderEliminarcuanto mejor sería que dijeras que tu empresa y la otra y la otra están buscando obreros y no los encuentran, eso lo conocí yo en los años sesenta, setenta, y setenta y cinco. pero ¿conoceremos ver en las obras ese cartel de SE NECESITAN OBREROS?
¡¡¡Ojala y Dios me este escuchando!!! Un abrazo.