lunes, 24 de septiembre de 2018
Capítulo 924: De la Victoria, a la Morena.
Y un año después de mi primera aventura que finalizaba en Guadalupe tras salir desde Belén, y a pesar de no tener nada claro el querer repetir dicha ruta, me dispongo a contar esta aventura que sin duda es una de las mayores satisfacciones que me puedo llevar desde que hace años comencé a hacer senderismo.
Y como ya os dije la primera vez que realicé esta ruta, su organización comienza la semana antes, aunque la fecha de realizarla se pone bastante antes. El sábado anterior al día señalado los participantes nos damos cita en un precioso lugar donde nos hacen sentirnos como en casa. Allí degustamos lo que los propietarios han adquirido, para al finalizar el evento pagar entre todos los gastos. En dicha cena los nervios se van apoderando de los que tenemos pensado realizar la ruta completa y también supongo que los que se incorporaran por el camino también sentirán cosquilleos en las tripas. Este año nos informan a todos que no contaremos con coche de apoyo y esta noticia la verdad que me acojona un poco, puesto que los mejores recuerdos que tengo de la ruta del año pasado eran los encuentros con dicho coche con Manolo al volante. Es una pena que este año no haya podido acompañarnos y le hemos echado mucho de menos.
Así que sin el coche de apoyo, las mochilas iban a pesar bastante mas este año, a todo eso había que sumar que la temperatura iba a ser alta y por lo tanto el liquido elemento había que llevarle en abundancia. Menos mal que el bueno de Flores nos hizo un favor y nos iba a esperar después de los primeros dieciséis kilómetros para poder reponer las mochilas y beber y comer algo fresco en ese momento.
Pero antes de eso hay que decir que la novedad de este año era que en lugar de salir desde Belén, a nuestro guía se le ocurrió que la salida la podríamos hacer desde el castillo de Trujillo, allí nos dimos cita los cinco "zumbad@s que nos atrevimos a realizar la ruta completa. A las cuatro y media de la tarde con la fresca, decidimos ponernos en marcha aunque por culpa de las señales de trafico y sus cambios de fines de semana, la compañera Merche junto a su marido Julio, llegaron un poco mas tarde, por lo que la marcha comenzó a las cinco menos diez de la tarde. Daba igual, el calor era el mismo y daban ganas de quedarse de invitados en una boda que se celebraba en uno de los jardines contiguos al castillo.
Despidiéndonos de los familiares nos poníamos en marcha con el cosquilleo en el estomago propio de la aventura que teníamos por delante. Cruzamos la plaza mayor donde sin duda que fuimos observados por todos los que colmaban las terrazas refugiándose del sol, que a esa hora se dejaba caer con ganas.
Un rato por la carretera de Madroñera hasta llegar a la calleja que nos alejaba del asfalto, mucho mejor aunque dicha calleja no está muy limpia para andar que digamos. Hay que beber mas de lo habitual puesto que en esa hondonada no corre nada de aire y el calor es insoportable. Deseamos todos salir de dicho lugar lo antes posible y así los cinco aligeramos la marcha para llegar un poco mas alto donde el aire se mueva un poco. Y parece ser que si, que algo se mueve mientras vamos controlando los kilómetros que llevamos y los que nos quedan hasta nuestro encuentro con Flores y Dora, los cuales nos esperan en el kilómetro dieciséis. Antes de llegar a ellos nos espera una de las cuestas mas duras de todo el recorrido y que uno tiene en la mente desde el año pasado. Las orejas se ponen tiesas y cuando coronas el cerro no tienes ganas de hablar. Lo mejor es pensar que nos queda muy poco para el avituallamiento y la voz del compañero Carlos es correspondida al otro lado por nuestro salvador. Al verle me dan ganas de darle un abrazo sabiendo que en una nevera trae un melón y alguna cerveza fresca. Yo tengo hambre y me acuerdo del bocata de patatera que llevo en la mochila y que regado con un par de cervezas me sabe a gloria. Sin duda es el mejor momento de la ruta y así lo hago saber a mis compañeros de viaje los cuales se descojonan cuando al ponernos de nuevo en marcha lo vamos hablando. Reponemos el agua de nuestras mochilas y ya sabemos que desde ese momento y hasta que no lleguemos a Berzocana no volveremos a ver a nadie que nos sirva de "aguaor".
En un principio nos deberíamos de encontrar con dos compañeros que saldrían desde Madroñera, pero por lo visto prefieren en lugar de esperarnos, comenzar ellos la marcha. Los llevamos delante por lo menos una hora y en ningún momento nos llegamos a encontrar, por lo que Carlos, Merche, Andres, Charo y un servidor seguimos caminando y recortando kilómetros a la ruta. El calor desaparece un poco con el atardecer, pero sigue la temperatura alta para la época y la sensación de bochorno es inmensa. Algún que otro tropiezo y una caída son los síntomas de que la luna no es tan intensa como aquella ruta que realizamos por los llanos de Caceres de la cual mis pies todavía no estaban del todo recuperados.
Hay que tirar de luces y al llegar al cruce de la carretera de Garciaz, mis compañeros deciden parar para comerse su primer bocata el cual yo había dado cuenta suya bastante rato antes. Allí me como alguna barrita energética y decido cambiarme de calcetines y tirar de crema refrescante para los pies, este año uno va mas equipado para intentar que los pies no sufran tanto. Allí sentados se está en la gloria y da pereza seguir caminando aunque bien es cierto que debemos de seguir para no hacer esperar mucho rato a los que mas adelante se unirán a la marcha en Berzocana, pero para eso todavía nos queda un rato.
Sobre la una de la noche el cuenta kilómetros marca 35 y es el momento en que los ciervos del lugar comienzan con el espectáculo de la berrea, por lo que es mejor no hablar nada y dejarse llevar por los sonidos de este momento.
El año anterior mi peor recuerdo fue los kilómetros que había que realizar por carretera hasta llegar a Berzocana, por lo que este año iba preparado mentalmente para no agobiarme tanto como el año pasado y la verdad que los pies me responden muy bien, lo peor es que el agua que llevo está congelada y no logro beber mucha cantidad. Seguimos comisqueando algo entre frutas, dulzainas y barritas para seguir caminando. La media que llevamos es buena y vamos pensando sobre la hora en que llegaremos a Berzocana. Los compañeros que se unen llegaran al pueblo sobre las tres y media pasadas y nosotros lo haremos si todo va bien pocos minutos después. Pero antes de plantarnos en Berzocana nos queda otra gran cuesta que subir y las fuerzas van siendo escasas, mi compañero Andrés y yo bromeamos y a la vez nos animamos pensando en el bocata que nos espera regado de nuevo con cerveza fría y eso nos va dando los ánimos que nos son necesarios para coronar. El amigo Carlos nos dice que no va muy bien y que su estómago no responde. No tiene hambre y no quiere beber nada, al coronar la cuesta decide sentarse un rato pues tiene mareos y allí le esperamos Andres y yo, mientras las dos mujeres mas valientes que conozco, siguen hacia delante para no asustar a la comitiva que espera ya en el pueblo.
Un par de minutos de descanso y Carlos se levanta para seguir caminando, habla poco y de aspecto no anda fino, hay que esperar la evolución en el pueblo de Berzocana para ver si continua el camino o se queda allí.
En Berzocana llegamos a la misma hora que entra el otoño, a las tres y cincuenta y seis minutos en el reloj de la farmacia la cual marca veinticinco grados, bastante calor para estar en este pueblo. Los que esperan se ponen contentos de vernos pero no tanto como nos ponemos nosotros. Como el año anterior seguí el mismo ritual de ir hasta el pilón que hay cerca de la plaza y meterme dentro de el. Con el agua helada los pies y las piernas suelen en un principio, para luego después de cinco minutos allí dentro la sensación de alivio es enorme. Mi compañero Carlos sigue mis pasos pero no logra recuperarse con el agua, lejos de ello parece que el agua fría le sienta peor y el color de cara no es el mejor que ha tenido. Va pensando mientras volvemos con el grupo en abandonar y tal decisión me llena de pena puesto que recuerdo el año anterior como otros dos compañeros de ruta tuvieron que hacer lo mismo que él. Pero sin duda la decisión es la mejor que se puede tomar en ese momento, puesto que es ahí el ultimo lugar donde pueden ir a recogerte y como bien dijo el bueno de Carlos, lo mejor para no romper el grupo era quedarse allí. El bocata ya no es prioritario y a pesar de alegrarme por la cerveza fría que allí me espera, no dejo de acordarme de la decisión del compañero. Esta ruta es tan exigente que una vez que llevas cincuenta kilómetros y sabes que los que te quedan son veinte, uno prefiere dejarlo allí mismo, aunque duela la decisión.
Nos recuperamos del mazazo y una vez terminado el bocata seguimos caminando rumbo a la rotonda que hay cuatro kilómetros y medio mas arriba y donde nos esperan otros cuatro compañeros entre los que se encuentran los mas longevos del grupo, Andrés padre con sus 75 años y esas ganas de caminar, ¡que grande!. Con él recorro gran parte de los últimos kilómetros contándonos nuestras cosas y compartiendo inquietudes.
A pesar de que hay muchas bajadas pronunciadas mis pies prefieren las cuestas, eso de ir frenando a estas alturas las rodillas lo sienten demasiado y cuesta bastante completar los últimos kilómetros.
La alegría que uno siente al llegar a Guadalupe solo puede saberse si en tus pies llevas setenta kilómetros y un montón de horas caminando, por mucho que te lo expliquen es indescriptible lo que tu cuerpo y mente sienten.
La visita a la virgen completa el recorrido, aunque son difíciles de subir los últimos escalones puesto que las bojas asoman en las heridas mal curadas de la anterior ruta Cacereña.
Y para celebrarlo compartimos unas cervezas y buscamos a los conductores que nos regresaran a nuestras casas, no sin antes comprar el clásico numero de lotería de navidad que jugaremos los senderistas que nos hemos dado cita este año, bien sea desde el principio o bien uniéndose por el camino.
Orgullo es la palabra que describe mi sentimiento un año más. Gracias a mis compañeros de "locura" con los cuales uno iría caminando al fin del mundo, es un verdadero placer el ser aceptado entre ellos.
¿Volver? hoy seguro digo no, mañana será otro día.
domingo, 9 de septiembre de 2018
Capitulo 923: Cuando la víbora se inyecta su propio veneno.
Seguramente que si me pilla en otra época ni siquiera le hubiera echado cuenta al asunto, porque otra cosa no, pero las espaldas las va teniendo uno llenas de todo tipo de improperios a la misma vez que vas cumpliendo años. Pero hay cosas que uno no puede dejar pasar por alto cuando de grandes mentiras te rodean. Aunque se perfectamente que quien me conoce de verdad no dudaría de mi verdad.
El hecho es que estos días atrás saliendo del consultorio médico al cual acudí a curarme el dedo que me reventé currando, después de escuchar los consejos de nuestra ATS Graciela, (la cual aprovecho desde aquí para revindicar una calle con su nombre en Huertas de Ánimas,) salí en busca del coche. Al montarme en el mismo y arrancar, justo a la altura de la farmacia emparejé con una vecina la cual me comentó algo sobre una obra que tenía pendiente de hacer de un amigo suyo, sus palabras fueron que ya tenía elegido el suelo que había de colocar en su casa. A la misma vez que hablaba con esta vecina salía de la farmacia mi suegra, que venía de hacer alguna compra de la farmacia. Al verme se acercó hasta el coche para preguntarme como había quedado de la cura, a la vez que saludó a la vecina que había allí conmigo hablando. Como por suerte uno últimamente anda bastante liado con el trabajo, una tercera vecina se acercó a preguntarme como andaba una obra que estaba haciendo en un local de Trujillo el cual tiene que limpiar ella, por lo que la conversación se alargó unos minutos.
Si esta tercera vecina no me llega a contar el otro día la historia que ha creado la víbora que desde un balcón próximo a donde se produjo nuestro encuentro engendró, ni me hubiera acordado de aquella conversación.
No es normal que personas tan mayores que andan intentando superar enfermedades graves se dediquen a otras cosas que no sean vivir en paz con ellos mismos, por si tuvieran la mala suerte de no superar dichos dolores y dejaran de existir, siempre pensé que esto sería al revés y quien una vez hubiera visto los pies a San Pedro, la forma de vida hubiera de cambiarles. Parece ser que por lo menos esta vecina a decidido todo lo contrario y da la sensación que desea que su mal se extienda sobre el pueblo.
La historia que se ha inventado es de ser tan mala persona que me parecen igual de mala gente las personas que se lo han creído, puesto que su veneno lo extendió rápidamente por los lugares donde este ser se mueve.
Ese día fallecía en Huertas Don Paco Bravo, un huerteño que no dejó indiferente a nadie del pueblo, unos defendían sus ideales y otros estaban totalmente en contra de ellos. Entre estos últimos me he encontrado siempre, pero lo mejor es que siempre que pude se lo debatí en vida por lo que ya sabía Paco que nuestras ideologías eran totalmente contrarias. Esto no quiere decir que compartiera con él que Huertas se mereciera un trato mejor por parte de todos los gobernantes que hemos tenido. Desde su postura siempre defendió eso y hay que reconocérselo.
Pues la historia inventada desde un balcón fue que las tres personas que había alrededor de mi coche y yo, nos burlábamos y reíamos de la muerte de Paco, así como si festejáramos ese hecho. De verdad que cuando esta vecina me contó el bulo que había movido por el pueblo esta víbora, no podía dar crédito a lo que escuchaban mis oídos. Tuve que volver a decir a esta mujer que me repitiera lo que me había contado.
Estoy un poco triste puesto que jamás pensé que se pudiera caer tan bajo e inventar este tipo de historias y sobre todo que las inventen personas que lo estén pasando supuestamente mal, puesto que ya no sé si será verdad.
Así que prefiero contar estos bulos por aquí y dejar las cosas claras desde un primer momento.
Hay "víboras" que cuando se inyectan su propio veneno son letales. !Que pena!.
sábado, 8 de septiembre de 2018
Capitulo 922: Mare, mare, mare no mate usted al pollo.
El concurso de gallos empieza antes del amanecer, como si de los mismos premios EMI se tratara se disputan el primer puesto. Sin duda que el americano es el que mas posibilidades tiene, su voz aguda llega mucho mas adentro.
Huele a tierra mojada y por la ventana aun abierta, entra un mas que bienvenido aire. El verano parece que toca a su fin, pero los extremeños saben que aunque amague con irse, hasta octubre seguiremos aguantándolo.
En la calle se oyen los primeros síntomas de vida humana, persianas que suben y otras que bajan puesto que hoy se pueden permitir el lujo de darse la vuelta en la cama y dormir un poco más. Hay si yo pudiera!! piensan los mayores que sobre las seis de la mañana les es imposible seguir conciliando el sueño.
Encienden la radio al mismo tiempo que calientan el café, este ritual es imposible de perderle a pesar de seguir cumpliendo años." No sé porqué la enciendo si se perfectamente lo que van a contar"...
Lazos amarillos que unos ponen y otros quitan. Pateras que siguen llegando con supervivientes que abandonan su tierra por culpas de guerras promovidas por quienes se niegan luego a acogerles, empresas que se ven obligadas a cerrar a pesar de algunas tener superávit. Y sobre todo la guerra de partidos políticos los cuales se echan en cara cosas que cuando unos gobernaban no hacían y ahora que no gobiernan exigen a quienes lo hacen y viceversa. !Que mas da quien mande si los jodidos seremos siempre los mismos!
Y de las noticias regionales pa que voy a hablarles, podía comenzar diciendo el locutor de radio que simplemente lee lo que tiene delante de sus ojos, tiene que ser difícil contar siempre las mismas noticias sin poder decir por ejemplo algún taco, como podía decirse a la hora de contar que una vez más el tren extremeño se vuelve averiar. Que no queremos AVE, que no, queremos un tren que tarde lo menos posible en llegar a los destinos sin que se quede por el camino y tengamos que hacer trasbordo en mitad de nuestros campos y subirnos en autobuses que si los hubiéramos cogido antes ya estábamos en nuestros destinos finales.
La despoblación es otro tema candente a la vez que los agricultores andan a leches como siempre por culpa de los precios y los seguros ante el mal tiempo, putos intermediarios que se lo llevan calentito sin mancharse un solo dedo, podía rematar el locutor.
El café cuece encima del fuego, siempre me pasa lo mismo por quedarme pensando en buscar soluciones a los problemas de los demás, no se me va esa costumbre de la cabeza, !como si fuera tan fácil!.
Hoy tarda mas en amanecer, las nubes se han tragado el sol y tardaran algún rato más en devolverlo. No huele a pan nuevo pero no importa, seguro que no nos quedamos sin el. Dejo de escuchar al locutor por un momento o por lo menos no le presto atención cuando miro el calendario y veo que hoy es día ocho de septiembre y en ese momento vienen a mi mente aquellos años en los que en Trujillo se celebraba el día de Extremadura. Que despilfarro decían algunos, que manera de presumir de lo que no tenemos, decían otros, pero nosotros los beneficiarios eramos los putos amos. ¿Estamos mejor ahora sin gastar aquellas pesetas? permitirme que lo dude. Que bien lo pasamos y cuanto dinero dejaba aquella celebración en la ciudad, que no quita que también viniera acompañada de multitud de destrozos.
Vuelvo a prestar atención al locutor cuando acaba de pronunciar la frase de !Feliz día de Extremadura! y pienso en tanta gente en ese momento que tengo que agarrarme a la encimera por que parece que estoy algo mareado. Son tantos los paisanos que tienen que celebrar el día de su comunidad fuera de ella que alguna vez dentro de la misma lo celebraran solo cuatro, a pesar de los discursos facilones de quienes manejan nuestros impuestos. Que "jarto" estoy de ustedes señores políticos; esta frase tampoco podrá decirla el locutor al terminar de dar esta noticia y mientras me bebo el ultimo trago de café antes de visitar a "roca", juego a rematar frases que queden contenta a la ciudadanía.
Tren averiado: mis cojones están colgados.
Extremeños emigrantes: nos la siguen metiendo por detrás y por delante.
Comunidad con más parados: Mentira, estamos todos "colocados"....
Mare, mare, mare no mate usted al pollo, que la gallinita quiere matrimonio.
Mare, mare, mare no lo mate usted, que la gallinita deja de poner, de poner, de poner.....
Feliz día, paisanos.
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