Hace tiempo que cogí el "zacho" que nos ofrecen a cada uno de nosotros cuando nacemos, y decidí sembrar mi vida de buen rollo. Como en toda siembra, es inexorable evitar las malas hierbas en ella, por eso entre buen rollo y buena armonía, había que cavar y quitar todo tipo de espécimen que me estorbara para ir generando una buena vida.
Los comienzos fueron duros y abundaban en el huerto de mi vida, mas cardos que buenas hortalizas. Todo lleva su tiempo, me iban diciendo mis padres y mis maestros, la cosecha buena, no se recoge en un día. Y aunque era difícil de comprender, dadas mis ansias juveniles de demostrar que yo valía para esto, poco a poco fui cayendo de la burra a la vez que me iba dando "coscorrones" por todos lados.
Creo que la felicidad plena no existe, pero yo hoy en día, puedo decir que ando rozándola. Todo ello lo digo cuando veo a mi lado a toda mi familia, a cantidad de amigos de verdad, de los que a pesar de no haberte criado con ellos, están ahí para lo que te haga falta. Y yo esas cosas las valoro por encima de todo el oro del mundo. Sobre todo cuando en el huerto de la vida, te vas dando cuenta que el dinero no lo es todo, ni te es necesario para criar buenos alimentos.
Intento ir siempre con el "zacho" a todas partes, porque en el rincón mas inhóspito que te encuentres, allí puede haber un par de personas que cambien por completo tu manera de sembrar y a la vez, tu manera de pensar.
Si antiguamente se decía que España se podía cruzar saltando de árbol en árbol sin pisar el suelo, yo me atrevo a asegurar que la cruzaría de norte a sur sin dejar un solo pueblo en donde no tenga algún amigo con el que charlar.
Eso para mi es salud. Y es que miro para atrás y me doy cuenta de todo lo hecho hasta ahora y me entran escalofríos al pensar que esto va muy deprisa y que si no aprovecho bien el tiempo, me quedaré por el camino muchas cosas por hacer. Por eso seguiré haciendo todo lo que pueda y esté en mi mano para seguir cumpliendo sueños y cruzando metas.
Ojalá y muchos de vosotros podáis sentiros identificados con estas palabras y nunca dejéis de soñar.
Muchas gracias por tanta muestra de cariño desde todos los rincones del país y desde fuera de el incluso. Uno se siente abrumado por tanta felicitación, cuando a mí en especial, lo de felicitar, me da mucha pereza. No me lo tengáis en cuenta y pensad que yo siempre estaré aquí, para ayudar a quien le haga falta. Ya sabéis, el que tiene un "zacho", tiene un tesoro.
Al año que viene mas y mejor.
Abrazos para ellos, besos para ellas. O al revés, que mas da.
Fotografías: Rocio Jimenez.
Marcos, qué grande eres y qué suerte la de tus vecinos por tenerte tan cerca... !!!.
ResponderEliminar