lunes, 24 de agosto de 2015

Capitulo 674: Ruta a los puentes del Magasca.




Ayer me levanté temprano, aun quedaban estrellas y la temperatura era demasiado fresca para la época en la que estamos. Que mejores condicionantes que estos para colgarme la mochila, salir a buscar a mi fiel compañero, el cual dormía aun, sin esperarse esta ruta sorpresa.
Con el pertinente saludo que nos hacemos al vernos, salimos a comernos cualquier camino o calleja. No somos exquisitos para este fin, cualquier lugar es bueno para ir o venir.

Dejando al subconsciente actuar, giramos a la derecha buscando el cordel, el cual dos kilometros después, nos puso en Trujillo. Allí de nuevo volvimos a elegir al azar nuestro destino. Cuando nos quisimos dar cuenta estábamos delante de la abandonada y malograda ermita de Santa Ana. Allí me acorde que el puente que hay un poco mas abajo, había sido restaurado hacia pocos días, así que decidí acercarme a ver como había quedado.

Una vez allí después de fotografiar el resultado de la obra, continué hacia el otro puente de la antigua carretera de Badajoz, donde decidí comerme el muerdino de pan, acompañado con mas gente que de costumbre. Un rebaño de cabras que pastaba por los alrededores hizo acto de presencia y curioseando se acercaron a vernos, a mi perro y a mi, hasta que mi acompañante se harto de ellas y pronto desalojo el lugar.



Recogiendo el campamento pronto, seguimos camino, y opté por seguir la ruta marcada por adicomt, la cual me llevaba de vuelta a Trujillo. Recordando la ultima vez que la hice y sabiendo que habían pasado tres años desde entonces, volví a encontrarme las mismas cancillas cortando la calleja. Como si el lugar hubiera cogido ya antigüedad y le perteneciera al dueño de las cercas, que con las paredes en el suelo, le hes mas fácil cortar el lugar, antes que arreglar las paredes.

Continué caminando un poco cabreado por lo que me había vuelto a encontrar, la gente no escarmienta y si les denuncias, encima es uno malo y si no lo hacemos, somos gilipollas.



La temperatura se empezó a recuperar poco a poco y la acumulación de kilometros en las piernas desentrenadas, empezaron a hacer efecto. Pronto comencé a divisar la parte antigua de Trujillo, por donde decidí continuar camino a Huertas.
Con casi veintidós kilometros recorridos llegue a casa, cansado pero contento de volver a los caminos.

Nos vemos por las callejas.

La ruta

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