sábado, 7 de junio de 2014
Capitulo 584: Ruta al Trabuquete (Guijo de Santa Barbara)
Casi una semana después de haber realizado dicha ruta, me dispongo a contar como fue la misma. La verdad que de lo vivido el domingo pasado he podido sacar varias conclusiones y casi todas muy gratificantes para mi vida.
A diferencia de otras rutas andadas, esta la realicé junto a mi mujer y mis dos hijos, los cuales es cierto que llevé medio engañados para que me acompañaran, puesto que siempre les dije que la ruta no era muy dura y que podía hacerla cualquiera perfectamente. Aunque la verdad es que dentro de dicha ruta existen varias rutas anexas a esta y es fácil confundir unas con otras, opté por no descargar dicha ruta e hice como casi siempre, llegar al pueblo de Guijo y preguntar a los lugareños, cosa que siempre me gusta hacer. Escuchar el acento de la gente del lugar para mi es reconfortante.
Guijo de Santa Barbara se encuentra a poco mas de una hora de mi pueblo y la verdad que es un lujo el poder coger tu coche y cambiar totalmente de paisaje en poco mas de una hora. Por eso tampoco quisimos madrugar mucho y optamos por llevarnos la comida a cuesta y degustarla por aquellos parajes.
La ruta comienza con una leve ascensión la cual no abandonas hasta bien mediada la misma. Al ser circular la puedes realizar de la manera que quieras y por lo que vimos, la mayoría la hizo al revés que nosotros, puesto que nos cruzamos con bastante gente que caminaba en dirección contraria.
El ruido del agua corriendo por la garganta natural, te invita a desconectar de todo y la cámara de fotos hay que llevarla bien engrasada, puesto que el lugar invita a fotografiar todo lo que pasa delante de tus ojos. Con mucha diferencia es sin duda la ruta donde mas fotos he realizado y todavía una semana después, ando repasándolas y recordando dicho momento. El lugar por donde discurre la ruta no es un firme fácil de andar y hay que llevar un buen calzado para ello.
Como unos dos kilómetros después llegamos al famoso charco del Trabuquete donde el agua tiene un color verdoso que resalta sobre todo en días nublados. El paraje es espectacular según vas ascendiendo y los no acostumbrados a caminar, empiezan a notar las duras rampas.
Atravesar varios puentes construidos en madera nos iba animando a seguir caminando y al cruzar uno de ellos, de nombre "puente del risco gordo", optamos por comernos el habitual "muerdino" de pan. A pesar de ser un poco mas tarde que de costumbre, el apetito no nos abandona nunca cuando vamos de ruta.
Una vez recogido todos los trastos, seguimos caminando hasta que mi mujer y mi hija mayor, deciden abandonar y darse la vuelta, la dureza de la ruta y la calor que iba haciendo las obliga a volver sobre sus pasos, algo mas de cinco kilómetros después. Mi hijo pequeño decide seguir caminando conmigo a pesar de que la ruta empieza a ser mas dura con el paso de los kilómetros. En este momento es donde mas difícil es saber que camino escoger, puesto que las piedras que anuncian un camino se amontonan por todos lados y la ruta circular se anuncia escrita poco visible en una piedra a ras de suelo, la cual no vimos al subir hacia arriba. Menos mal que dicho lugar está bastante poblado de senderistas y preguntando volvimos a ponernos sobre la ruta acordada.
Lo mejor estaba por llegar, ver a mi peque seguir mis pasos como un campeón, a pesar de tropezarse un montón de veces y caer al suelo otras tantas, no quiso abandonar y decidió acabar la ruta. El perro que decidió también acompañarnos, sin duda que fue quien menos disfrutó del lugar, acostumbrado a estar pendiente solo de mi en las rutas, esta vez no se daba a bastos y no sabia a quien atender. Una vez que nos quedamos solos los tres, sus ojos y atenciones solo fueron para mi peque y fue curioso observarle como en lugares peligrosos, se ponía delante de mi hijo para indicarle por donde se cruzaba mejor. Toda una curiosidad que sin duda me ponía los pelos de punta. Saber hasta donde llega la lealtad de un perro hacia sus dueños.
Nos seguíamos cruzando con mas senderistas, esta vez bastante jóvenes los que iban, ese hecho animó a mi peque a terminar y mas de cinco horas después nos volvíamos a juntar con mi mujer y mi hija las cuales nos esperaban en en parque del pueblo, debajo de un gran árbol y sentados en un banco del parque, decidimos comer, para una vez después de terminar, montarnos en el coche y regresar a casa.
Una ruta preciosa que aconsejo desde aquí, pero mejor ir con ella descargada y preparados para sufrir, mas aun si se realiza en verano.
La ruta
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Espectaculares fotos. Ah, amigo, que digo yo, que para ganarte a la familia para la causa, no debes meterlos al principio por rutas exigentes, ¿eh?.
ResponderEliminarDe todos modos y por lo que deduzco, al chaval y por supuesto a ¿Toquero?, los tienes ahí en cuanto digas: ¡En marcha!.
Saludos.