Calor a
destiempo, sin duda que no es bueno para nuestra salud. Tú no pudiste
soportarlo, aunque se veía venir. Gente trabajadora en oficios desagradables y
mal pagados, cuando cobrabas. Demasiado humo en tus pulmones, aunque no todo el
humo era tuyo, pero ¡cómo no aguantar el humo de tus clientes!, si eran quien te daban de comer.
Tu
afición, el futbol. Tu equipo…el Bilbao, aunque los últimos años habías sido capaz de cambiar el nombre y de
vez en cuando al cruzarnos por la calle,
comentábamos la temporada del Athletic. Me resultaba muy agradable el cruzarme
contigo, el aprecio que te tengo me viene desde muy chico, a pesar de que de
familia no tenemos nada. No hace falta, siempre he dicho que los seguidores del
Athletic Club estamos hechos de otra pasta y sin duda que esa complicidad a la
hora de querer a este club, nos hace entablar conversaciones que aunque
empiezan por el futbol, siempre van a más. Así daba gusto cruzarse contigo. Tu
padre…bien, ¿no?, ese era el primer saludo, luego seguía un “este año estamos
bien”, haber si acaso… Gente como él, que han visto ganar títulos al Athletic
cada dos por tres, no deben de estar contentos con el devenir de nuestro equipo,
aunque ante el duopolio que nos implantaron hace años, tú siempre te crecías.
Te
conocí hace tanto tiempo, que la foto que mas me gustaba de tu bar era una de
Iribar. Sin duda que me hiciste vibrar más de un día cuando me contabas
historias suyas, paradas, partidos y gestos con los aficionados. Tuviste la
suerte de verle jugar y eso, nunca se te olvidó. Cuando me decías que era el
mejor portero del mundo, yo cerraba los ojos y quería ser Iribar, llegar hasta
donde llegaba él cuando se estiraba y así, poco a poco, me empezó a gustar
jugar de portero.
Mi
padre, el otro culpable de esto, jugaba al futbol-sala y lo primero que hacían al
acabar los partidos, era visitar tu bar. Por eso yo no me perdía ningún domingo
el ir con mi padre, aunque para eso, debía de madrugar e ir a misa de ocho,
dado que mi madre anteponía la religión al fútbol, como si el Athletic Club no
fuera una verdadera religión para nosotros.
El rato
que transcurría entre la finalización del partido y la ducha posterior de los
jugadores, se me hacia eterno. Estaba deseando de entrar a tu bar y empezar a
ver las fotos de los jugadores del Athletic que poblaban las paredes de tu local.
Los banderines y los posters me entretenían mucho, recuerdo pasarme horas y
horas leyendo y memorizando alineaciones y la verdad que me daba tiempo. Los
del futbol-sala se empeñaban en recuperar los líquidos perdidos durante el
partido y el post-partido había días que se hacía más largo que tres partidos
juntos. A mí la verdad es que me daba igual, nunca le dije a mi padre que se
diera prisa o que me quería ir a casa. Cuando me aburría de leer los poster, me
iba a enredar con el futbolín, dado que rara vez nos juntábamos cuatro
muchachos para poder jugar. Aquel futbolín no era como el de ahora, entre otras
cosas porque allí jugaba el Athletic contra la Real. Todavía no habían logrado
conquistar tu bar las dos grandes factorías, ni tú estabas dispuesto a ello.
Cuando ponías
tú vista en mí y me veías vagando de una pared a otra, más de una vez me
llamabas y me dabas un mosto sin que mi padre me viera, por aquellos años bebían
los mayores y los pequeños callaban e intentaban dar poca murga a estos últimos.
¡Te voy a regalar este banderín…! Me dijiste aquel día y a mí me dio un vuelco
el corazón. Al llegar a casa no sabía dónde ponerle y ningún sitio me parecía el
adecuado para tan tremenda joya.
Todavía
recuerdo aquel bienio negro en el que estuvimos a punto de bajar. Tu cara
angustiada lo decía todo y con mucho pesimismo, acabábamos aquellas conversaciones
esperando a que el próximo encuentro acabara en victoria y en lugar de
angustia, hubiera alegría en nuestros rostros.
Qué
pena que te pierdas la temporada que viene, aunque estoy seguro que desde donde
estés, estarás viendo a tu Athletic y animando como uno más. Lo mejor es que te
juntes con tío Bidón y con tío Juan Pulga, que junto con Juan y medio, han
creado una peña para seguir juntos los partidos. Estoy seguro que el equipo no
os defraudará y lo darán todo por haceros felices. No dejéis de animar y seguro
que entre todos, volvemos a ver campeón a este equipo que tanto os hizo
disfrutar aquellos años, en los que era más fácil ser de cualquier equipo antes
que del Athletic.
Hasta
siempre Paco, sin duda alguna que siempre te tendré en mi memoria y no te
preocupes, el Athletic estará bien defendido aquí en la tierra, siempre
quedaremos algún afortunado que podamos decir bien alto ¡Aúpa Athletic!
Descanse en paz.
impresionante enhorabuena por esas palabras que salen del corazón d.e.p. paco .
ResponderEliminarGracias por compartir de esta manera tus vivencias con Paco. DEP
ResponderEliminarYo creo que no hay persona de Trujillo y alrededores que no estuviera alguna vez en la cocina y disfrutara de todo lo que has comentado y más, siendondel equipo que fuera.
D.E.P. Un buen hombre por lo que entiendo. Y sí, espero que el Athletic dé más pronto que tarde un cumplido homenaje a todos sus aficionados ausentes.
ResponderEliminarGoian bego.