domingo, 12 de agosto de 2012

Capitulo 333: Cuatro gayumbos.





Cuatro gayumbos, tres pares de calcetines, un par de pantalones unas “calzonas”. Las chanclas “pa” andar por casa, los zapatos del curro, más bien las botas que no vas a ninguna oficina, y poco mas que no te vas “pa” un año, el viernes estas de vuelta.

 El viernes, que bonito leer ese día de la semana cuando vuelves a currar y que insignificantes son todos los días de la semana cuando estás en casa sin hacer nada. Qué fácil es caer en depresiones cuando no ves el futuro claro, cuando el mundo se te viene encima y todo por lo mismo, dinero, maldito dinero.

Hablando con un buen amigo ayer me decía que cuando está trabajando le cambia la vida un montón, que da igual el trabajo que sea, si hace frio o si hace calor, solo la sensación de tener que levantarte a una hora y acostarte por la noche con sueño ya es gratificante. Y es que es verdad que sin trabajar no tienes un horario que cumplir, te acuestas sin sueño por no estar cansado y entras en el túnel de los pensamientos que es la cama y ahí ya estás perdido. Comienzas con los pensamientos más catastróficos que puedes imaginar, no ves la luz al final del túnel ni tampoco ves esa mano amiga que te ayude a salir del pozo donde sin comerlo ni beberlo, te han hecho caer.

Luego vienen los vicios, las malas costumbres pero ahora comprendo que todo viene por lo mismo, por tener tiempo para pensar y no tener nada que hacer. Algunos ahogan sus penas en el alcohol, la verdad que es lo más fácil en estas situaciones puesto que bebiendo no piensas y encima te entra sueño, ese sueño que con la mente clara no eres capaz de concebir. Para salir luego de estas situaciones la cosa se pone fea. Una vez que has caído en la exclusión social, nadie te quiere. Empiezas a criar fama de gandul, de no querer trabajar, de acomodado, siendo todo mentira, puesto que pocos meses antes estabas trabajando al lado de quien ahora te va tachando de todo eso. ¿Es necesario el excluir a una persona solo por quedarse en el paro? Pues la respuesta seria clara y concisa antes de haber vivido en las dos situaciones, pero ahora no lo tengo tan claro.

 Y es que el escuchar a unos y otros meterse con los parados de larga duración cada día me asquea más. ¿Quién eres tú para ir hablando de si Fulano o Mengano son unos gandules o de si no trabajan porque no quieren? ¿Te has parado a pensar que si se ven en esa situación quizás mucha culpa la tengas tú, que lejos de echar una mano te has postulado del lado de los que trabajan?
Ahora sí que veo claro lo que haría falta para estas personas, una oficina donde enseñarles a no caer en la exclusión social, una oficina donde les enseñen a sentirse valorados y no por haberse quedado sin trabajo tener que caer en vicios fáciles que luego es un imposible salir de ellos.

Si eres de los afortunados que conserva el trabajo y nunca te has visto en esta situación, solo te pido que reflexiones ante estas palabras. Ojala y nunca te veas condenado a la exclusión y si por desgracia te llega, piensa que alguno de los que antes tú tachabas de gandules y perros estarán dispuestos a echarte una mano y a darte algún consejo para llevarlo lo mejor posible. Y el día que vuelvas a la senda de los privilegiados como son los que trabajan, espero que no vuelvas a tachar a nadie de algo que no puedes comprobar. Que sabes que son casi personas enfermas mentales por tener más tiempo de la cuenta para pensar y así entre todos poder fabricarnos la sociedad del futuro, donde la solidaridad este por encima de la avaricia y sobre todo por encima del “yo” primero y después “yo”.

Fuerza y valor.

P.D: La palabra Gayumbos acaba de ser recogida en el diccionario de la real academia española con la siguiente definición:
Gayumbos: m. pl. coloq. Esp. calzoncillos.

1 comentario:

  1. yo te comprendo fonta jose y yo estuvimos un año los dos en el paro y no se lo recomiendo a nadie

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