jueves, 27 de junio de 2013

Capitulo 497: Cuando llega julio.





Cuando llega julio, lejos de ponerme contento como otro españolito más que coge sus vacaciones durante este mes, me pasa todo lo contrario. En lugar de ponerme contento, me entra una sensación de acojono que me recorre todo el cuerpo.

Cuando llega julio, trae consigo el recibo del catastro. Recibo que para no perder la tradición de los dos últimos años, viene con su correspondiente subida. ¡Qué raro! Si el PP no iba a subir los impuestos, se habrán confundido…

Cuando llega julio el escalofrío me dura todo el mes. El gas seguro que sube, que mala suerte. La luz, después de hacernos creer que la habían bajado, este mes repunta de nuevo. Y es que es imposible llegar a fin de mes sin deber dinero a alguien.

Cuando llega julio el que tiene suerte se va de vacaciones. Pero no aquellas vacaciones de años atrás. Las vacaciones de hoy en día son en casa de los padres. En casa de los tíos o como mucho, un fin de semana en algún camping o casa rural.

Cuando llega julio, el presidente de Extremadura se va a Israel. Algunos pensaran que hace bien. Es todo un lujo el poder conocer aquel país, al menos por su historia. Pero el desmiente rápidamente que sea un viaje de placer, al contrario, es un viaje de trabajo. Y uno que últimamente en temas políticos esta en fuera de juego, no hago nada más que preguntarme si es necesario organizar dicho viaje, para que el presidente de Israel te diga estas palabras:
Extremadura (seguramente que no había escuchado nunca este nombre) tiene muchas posibilidades. “Tócate los huevos”. Para eso no hace falta ir a Israel. Esa frase se la digo yo y por lo menos ahorran gastos. A lo mejor les han enseñado a coger los fusiles y echar a los Palestinos a tiros, eso es lo primero que hicieron para crecer como país.

Cuando llega julio sube el tabaco y el alcohol, pero este año la cerveza y el vino dicen que no la tocan. Menos mal, a lo mejor con un poco de suerte nos queda un euro para entrar en un súper mercado y comprarnos un par de latas. Porque entrar en un bar se ha convertido en un lujo.

Cuando llega julio el ayuntamiento anuncia las actuaciones en los festivales. Este año, cuando todavía había algún incrédulo que no se creía que se podía caer más bajo, anuncian que viene al castillo una tal… lo siento, no me acuerdo ni del nombre. Fíjense si es famosa la chavala. Si levantaran la cabeza aquellos hombretones trujillanos, los mismos que estaban orgullosos de sus festivales de danza y música y vieran el cartel, seguramente que armarían la de Dios…

Cuando llega julio abren las piscinas municipales, y en el sentimiento de los trujillanos, existe el acojono de saber si este año las piscinas aguantaran abiertas toda la temporada. Han sido varios años sufriendo obras eternas, las cuales no están muy garantizadas, según algunos técnicos consultados.

Cuando llega julio, en Huertas… estamos igual que en enero. Que más da el mes, si esto no cambia nada. A lo mejor lo único que te puede saltar a la vista, es el bosque que existe en un montón de calles. Y los vecinos se preguntan si lo deben de quitar los trabajadores del ayuntamiento o si por el contrario, lo debe de quitar el único barrendero que existe en Huertas. Y uno se pregunta si van a renovar el contrato a la empresa que lleva el servicio de limpieza. Si es así, a lo mejor se podían exigir más operarios para este humilde barrio-arrabal-pueblo. El día que la juventud pierda la costumbre de sus mayores de barrer cada uno su puerta, el pueblo se convertirá en un estercolero, puesto que es imposible que un único operario pueda tener el arrabal todo lo limpio que debería estar.

Cuando llega julio las asociaciones de Huertas, esperan al señor alcalde para reunirse con él. Parece ser que están como al revés si no le oyen decir de su boca, las mismas promesas que les hizo en la anterior reunión, seis meses atrás. En la cual comenzó diciendo igual que su majestad: Me llena de orgullo y satisfacción venir a Huertas a prometeros cosas imposibles. Pero si así os quedáis a gusto…allá voy:

Prometo arreglar la calle del cuartel. Prometo arreglar la calle Palmera. Prometo arreglaros la casa de la cultura, que es verdad que se cae a pedazos. Prometo hacer una autovía en la carretera de los perales, con su carril bici y mis queridas palmeras. Esas que tan bonitas quedan en mitad de bosques de encinas y alcornoques. Prometo dar trabajo a todos los Huerteños en paro, que tan poco sois muchos. Hay más en Trujillo, así que no os quejéis. Prometo hacer una residencia a todo confort en el antiguo cuartel, con jacuzzi en las habitaciones y a un precio muy económico. Bueno mejor gratis.

 Prometo… ¿Qué más queréis que os prometa? Y las asociaciones salen de esa reunión con los ojos despampanados, flipando con todo lo que va a hacer nuestro alcalde. Pero la realidad es bien distinta. Dos años después de venir en busca de los votos, lo único que han hecho ha sido cambiar algunos baches de sitio y poco más. ¡Dos años enteros y veros!


Cuando llega julio, ¿Julio? Si, según las malas lenguas, el futuro alcalde…

1 comentario:

  1. Una vez más, plas, plas plas. Otro capítulo de los de enmarcar, salvo para aquellos que si tuvieran un poco de dignidad, casi ni saldrían de casa, aunque claro, si de viajar a costa de los demás se trata, la cosa cambia.
    Cierto es que los habrá más modestos, que no necesitan irse a miles de kilómetros para pegarse también una vida de p*=? madre, aunque a muchos de sus conciudadanos les falte todo lo esencial, pero ya sabemos que para ellos, eso es secundario.
    Lo importante es salir en la foto, regalar los oídos a los crédulos, y sobre todo, que no que te "levanten del sillón"......

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