domingo, 21 de abril de 2013

Capitulo 472: Ruta en Cañamero.




Después de la última ruta que hicimos por tierras de Almoharin, con un buen numero de senderistas. Hoy volvíamos a reunirnos los miembros de nuestro grupo en solitario; de nuevo con la visita de nuestra senderista internacional Karin, la cual es una más en nuestro grupo; bien es cierto que la conquistamos como mejor sabemos hacer los habitantes de Huertas, por el estomago.

A las siete y media quedábamos en la plaza de Huertas para disponernos a partir hasta la localidad de Cañamero, la cual es una de las más lejanas que hemos visitado hasta la fecha. En ese pueblo arrancaba la ruta de hoy, la cual por las fotos vistas con anterioridad, nos dejaba hacernos una idea de las vistas que íbamos a contemplar hoy.

Antes de llegar a Cañamero, se unía a nosotros la ya citada amiga alemana y su inseparable perra. Así a eso de las ocho y media, llegábamos a Cañamero. Una vez comprobados los GPS que algunos llevaban, nos hemos dispuesto a comenzar la ruta, la cual está bien catalogada como de dificultad fácil. En uno de los ya habituales descuidos de los encargados de las nuevas tecnologías, nos dábamos cuenta de que íbamos por un camino equivocado. Así entre risas nos dábamos media vuelta para buscar la senda correcta.

Una vez encontrado el camino por donde transcurría nuestra ruta, empezábamos a subir una pendiente no muy pronunciada, pero que nos dejaba entrar en calor y darnos cuenta de que hoy probablemente, nos volvería a sobrar algo de ropa. La temperatura iba subiendo al igual que los kilómetros andados y deseosos de comernos nuestro ya habitual bocata, buscábamos un lugar donde se estuviera a gusto. Y la verdad que así ha sido, hacía tiempo que no estábamos tan cómodos comiendo y con unas vistas espectaculares, además de unos visitantes ya habituales en nuestras ultimas rutas, nuestros amigos los buitres, que probablemente alguna pareja, anide por las proximidades.


Una vez acabado el bocata, han tocado a zafarrancho de combate y todo el que llevaba ropa más corta debajo puesta, la ha enseñado. Así mucho más fresquitos para andar, hemos continuado por otro repecho que nos recordaba el lugar por donde íbamos. Probablemente las vistas más espectaculares las hemos podido ver desde allí.



Llegados a un cruce de caminos, pasando antes por unas colmenas las cuales estaban siendo ordeñadas por su dueña con buena cantidad de miel, hemos optado por subir al “risco gordo”, desde donde la verdad, no sabes hacia dónde mirar, dada la belleza que desde allí se divisa.


 La subida es dura, como un kilometro o así, pero muy empinada. Está claro que el esfuerzo tiene su premio luego con las vistas que tienes arriba en la cima. Después de hacer cantidad de fotos para el recuerdo, hemos vuelto sobre nuestros pasos, donde el vigilante de mochilas, nos esperaba sin ninguna novedad.
Con buen ambiente dentro del grupo, el cual estaba compuesto por doce senderistas. Hemos continuado la marcha hasta Cañamero, después de haber andado unos dieciséis kilómetros, los cuales han sido muy cómodos y cualquiera los podría haber subido.




Un kilometro después llegábamos al final de nuestra ruta, donde después de hacernos la foto de rigor, íbamos a buscar los coches para montados en ellos, ir a contemplar unas pinturas rupestres situadas muy cerca del centro del pueblo. Allí hemos disfrutado de un lugar precioso y una cueva muy bonita y de momento bien conservada, donde se podían apreciar de forma clara, alguna de las pinturas rupestres.


Montados en los coches, despedíamos a nuestra amiga Karin y emprendíamos el viaje de vuelta, cansados pero con el sabor de haber realizado un domingo más, una ruta con unas vistas preciosas. La cual es muy recomendable para el que la quiera hacer.



1 comentario:

  1. Si volveis por Cañamero, aquí teneís a alguien para asesoraros en rutas de por la zona de las villuercas.
    Juanma

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