domingo, 30 de octubre de 2016

Capitulo 775: Peregrinamos a Garciaz.



Un año mas como si de buenos devotos se tratara el cuento, nos volvimos a desplazar al bonito y coqueto pueblo de Garciaz, para una vez allí realizar la ruta que existe por el famoso y precioso bosque encantado. Y es que a pesar de ir todos los años, uno no se cansa de caminar por estos lares, puesto que cada año que vamos, el paisaje nos vuelve a sorprender.


Con el tema del cambio de horario en la mente de todos, pusimos la hora de salida a las siete y media y a pesar que el cambio era a favor, tuvimos que esperar a un rezagado que se lio entre adelantos y atrasos y no se quedó en tierra de milagro.
Cinco íbamos en el coche que pusimos en marcha una vez recuperado el senderista despistado y la siguiente parada era comprar el pan para el posterior muerdino. Un par de medios sería suficiente para quitarnos el hambre algunas horas después.




Por culpa de las obras en la carretera que va de Conquista a Garciaz, hemos tenido que ir por la que sale de Madroñera a Garciaz, por la cual hacia bastante tiempo que un servidor no pasaba.
Con el sol de cara el viaje resultaba un poco incomodo y alguna bruma matinal también nos ha molestado un rato. Pero pronto estábamos aparcando en la plaza del pueblo para desde allí y colgadas las mochilas, comenzar la ruta con ganas.




Cuando emparejas con amigos que hace tiempo que no caminas con ellos, la ruta es mas entretenida, puesto que nos vamos contando cosas de aquí y de allí incluidos nuestros problemas e inquietudes. Por eso los primeros kilómetros los hacemos casi sin darnos cuenta y pronto alcanzamos el pantano de la localidad, donde han preparado un bonito merendero con columpio para ir a pasar un rato en este bonito lugar. Un acierto por parte de las autoridades, ahora solo queda que el pueblo lo use y lo respete.




La temperatura era tan primaveral que hemos hecho algunos toda la ruta en camiseta y por momentos sudando como pollos. Sobre todo en la ultima cuesta que nos quedaba para llegar al punto mas alto de la ruta, que por otro lado, es el mejor lugar para comerse el muerdino. Con un poco de aire que corría era la temperatura justa para buscar un sitio entre sol y sombra para no enfriarnos y cómodamente, sin prisas y saboreando todos los productos, echar uno de los mejores ratos del día.

Una vez recogido todo el campamento hemos continuado caminando y de vez en cuando hemos podido recolectar alguna que otra castaña que había caído del árbol. Aunque es verdad que hay muy pocas y la mayoría son muy pequeñas. Además, también hemos recogido algún parasol que por lo menos nos dejaran probarlos este año, a pesar de lo poco que ha llovido esta tierra siempre te recompensa con alguna seta que otra.


Y así kilometro a kilometro, hemos ido recortando la distancia que nos separaba del pueblo con bastante calor en el tramo final, y eso que hemos hecho la bajada añadiendo una variante y pasando por un pilón lleno de agua donde hemos podido refrescarnos un poco.


Cuando las dos marcaban los relojes, estábamos descargando los hombros y metiendo las mochilas en el coche. Luego, una cervecita en uno de los bares del pueblo para hacer mejor el retorno, saludos a amigos de Garciaz y vuelta a Huertas de Ánimas, donde cansados hemos llegado a nuestras casas.

Nos vemos por las callejas.







1 comentario:

  1. Ole ahi esos senderista ,amantes y enamorados de nuestro bosque encantado.....me hizo ilusion saludaros ����������������voy a compartir con tu permiso Marcos,siempre es positivo que hablen bien del pueblo de un@...gracias ������

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