sábado, 19 de mayo de 2012

Capitulo 292: Mismos perros con distintos collares.




Aunque el título del artículo pueda parecer ofensivo, nada más lejos de la realidad. No es mi objetivo molestar a nadie con palabras obscenas, aunque hoy en día que a uno le llamen “perro”, más que un insulto puede ser un halago. Vives como un rey, te recogen la mierda tus dueños, comes más que la mayoría de las personas que tienes alrededor, no pasas frio ni calor, vas al médico cada poco tiempo y todo esto sin saber lo que es el dinero.
Según escribo esto, me entero de la noticia que el alcalde de Trujillo ha dado a conocer a los medios de comunicación que el consorcio Plasencia, Trujillo y Monfragüe no será declarado patrimonio de la humanidad.
Algunos dirán que todavía el resultado no se sabe y que es pronto para especular con el resultado; otros dirán que ya se lo imaginaban y en estos últimos siempre me he incluido yo. No se vayan a creer que a mí no me gustaba esta idea, todo lo contrario, pero cuando aspiras a una cosa tan importante como esta, tienes que volcarte a tope con el proyecto, y no solo volcarse los mandatarios nuestros, sino también todo el pueblo y los alrededores, puesto que indirectamente les puede repercutir también tal decisión. Sin embargo, Trujillo siempre se ha tomado esto como si fuera cualquier cosa; nunca le ha dado la importancia que merece y eso al final se nota en los jueces que vienen y van mirando las ciudades.

Es imposible engañarles quitando un día los coches de la zona antigua, como si las manchas de aceite, gasoil o gasolina no se vieran por todo el casco antiguo. Los contenedores también dejan su rastro, aunque el día de la visita te los lleves lo más lejos posible. Las pintadas por toda la zona antigua no se quitan de la noche a la mañana aunque haya grupos organizados limpiando todo lo que pueden y más. Las luces se deben encender todos los días y no solo el día de visita, porque quien te dice a ti que un juez de esos no se dé una escapada cualquier día con su familia y se encuentre con la cruda realidad que es Trujillo.

Las callejas que hay por todo el berrocal dan asco verlas: hay cascotes tirados en cualquier lado, muebles viejos, sofás, sillones y cualquier cosa que te puedas esperar; cualquier lado es bueno para un estercolero y, sin embargo, ni antes ni durante las visitas, se ha movido un dedo para adecentarlo y digo yo, que el patrimonio será todo, no solo la plaza y los cuatro palacios de alrededor.
La muralla famosa sigue en el suelo por culpa de los árboles sembrados por el que todos los trujillanos sabemos y, sin embargo, nadie le dice nada ni actúa contra él. ¿Qué pasa, que los ricos son intocables? ¿Se lo explicó alguien a los jueces?

Esto seguirá siendo el sueño de los trujillanos dentro de veinte años, porque todos sabemos que es imposible aspirar a una cosa tan seria y a la vez importante con tan poca convicción por parte de todos. ¿No sería mejor empezar de cero implicando a los vecinos, despacito, quitando coches, quitando hierbas, arreglando y creando rutas para andar por el berrocal, limpiando toda la suciedad existente en toda la zona antigua. Porque Trujillo Patrimonio de la Humanidad debe de ser todo, no solo plaza y alrededores. Hemos de conservar el berrocal, cosa que ahora mismo no se está haciendo, entre luz y agua se sigue destruyendo, y eso sin hablar de futuras construcciones que se oyen por los mentideros y que cualquier día nos levantamos y nos sorprenden máquinas rompiendo y eliminando canchos que no dan de comer a nadie y por lo tanto estorban a los que nos gobiernan.

Mi propuesta sería crear una concejalía de Patrimonio, sólo y exclusivamente, y dedicar un dinero para mantenimiento y limpieza. Un concejal implicado a tope en el proyecto e ir sólo a por ello, nada de asociaciones raras que no convencen a nadie.
Trujillo tiene material para ser patrimonio por sí sola. Implicar a los jóvenes en la cruzada, con concursos, rutas verdes y ecológicas y explotar la plaza mayor. El mercadillo debe ser en la plaza. Le joda a quien le joda, los coches más lejos todavía, ni para pasar por ella, hay alternativas para no pisar la plaza. Lo de aparcar para recoger a los niños es un lujo que no tenia porque darse, hay aparcamientos a dos minutos de allí y que no viene mal a nadie andar un poquito. Todo eso debe de irse haciendo poco a poco, en la zona antigua los coches también sobran, lo siento por quienes vivan allí, pero si queremos presumir de ciudad debemos empezar por eso.
Caer otra vez en los mismos errores por cuarta o quinta vez consecutiva, será condenar a Trujillo a ser una ciudad rica en patrimonio, pero sin posibilidades de explotarla como tal.
Que el dichoso título no nos envuelva y podamos cambiarlo por: “Los mismos perros pero con más cabeza y acierto”.

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