domingo, 18 de marzo de 2012

Capitulo 267: Huertas "anda ya", y echó a andar.




Nueve de la mañana, plaza de Huertas de Animas, domingo 18 de marzo del 2.012, temperatura fresca, cinco o seis grados como mucho. Al sol se estaba a gusto. Corre un poco de aire, buena temperatura para andar, mejor que haga un poco de fresco, comentan algunos de los atrevidos senderistas.

 ¿Tú que llevas en la mochila? Se preguntan unos a otros, la tuya parece que abulta poco. Yo llevo poco, algo de agua y alguna pieza de fruta, no me gusta comer a media mañana, desayuno fuerte antes de salir, dice algún viandante. Yo llevo para todos, un pan, un chorizo, una patatera, dos litros de agua, dos litros de coca-cola, etc.
 Cojo la mochila para ver lo que pesaba y es cierto, por su peso tiene que llevar todo eso que dice y quizás algo más.

 ¿Nos vamos?, dice alguno de los allí presentes. La gente tiene ganas de empezar la aventura, la verdad que de eso se trata, de ponerle ganas a lo que se hace. Si, vámonos. Un poco más adelante nos damos cuenta de que no hemos esperado los diez minutos que dijimos, un rezagado se nos une al grupo, es verdad, un fallo que hemos cometido. No pasa nada, dice el propio rezagado, el que quiera venir sabe que a las nueve nos íbamos.

 Comienzas la ruta y ya la primera de las callejas por la que pasamos, a más de uno le parecían extrañas, ¡Cuánto hace que no paso por aquí! Decía más de uno de los transeúntes. Pues de eso se trata y para eso lo hacemos, recordar y a la vez enseñar a nuestros peques el entorno en el que vivimos, salirnos del centro y mirar a los alrededores, cuidarlos (que falta los hace) reivindicar lo nuestro, luchar contra el abuso de gente que se cree que el campo es suyo y sobre todo disfrutar, disfrutar del domingo, hacer “nuevas” amistades, entablar conversación con gente que no tienes oportunidad de hablar a lo largo del año.

 Hoy para ser la primera creo que ha estado bien, dieciocho valientes entre los que se encontraban dos más valientes si cabe, Gabriel y Andrea, el camino para ellos era más largo y han aguantado como jabatos, está bien que nos acompañen niños, el futuro es de ellos.

 En cuatro horas de ruta te da tiempo a hablar mucho y por supuesto escuchar, he de decir que es lo que más me gusta, que me cuenten historias me chifla, porque luego quiero que nunca se olviden y las escribo aquí o en algún libro, merece la pena guardarlas.

 Sin decir ningún nombre para no molestar a nadie, el “tío del palo largo” seguro que para la próxima le recortara un poco, presumir de palo largo al salir, se puede volver en tu contra al regresar, jejejejej.

 Otra de las curiosidades al llegar a la charca de “Casillas”, ha sido la unanimidad que ha habido en todo el grupo al reconocer que todos, habíamos ido al menos una vez, a bañarnos allí de pequeños, escuchar las historias de unos y otros ha estado muy bien, casi todos reconocían que era en plena siesta cuando iban, quizás para no levantar sospechas en casa. Como cambia la vida, te dicen tus hijos ahora que van allí a bañarse y te da un infarto y nosotros con sus años, nos encaramábamos allí y no una ni dos veces, era prácticamente todo el verano el sitio de refresco, donde aprendimos todos a nadar y sin socorristas ni manguitos ni nada.

 La visita a los molinos me ha gustado mucho, aunque soy de los que salgo cabreado cuando visito “ruinas”, porque creo que no deberían habérselas dejado caer, no sabemos apreciar lo que tenemos y eso me jode y mucho.

 ¿Qué diferencia podía haber entre el pantano de “Orellana” y la charca de “Casillas” bien preparada? Te lo digo yo, ninguna. Mucho más cerca, sitio para niños y mayores, inversión 0, y seguramente que algún puesto de trabajo daría, por lo menos en verano, aunque ahora es cuando merece la pena ir.

 Los molinos rehabilitados como auténticos museos, incluso se podría hacer una exhibición de cómo se utilizaban, porque la maquinaria está toda, quizás falten algunas de las piedras, que como siempre pasa en estos casos, los espabilados de turno, han expoliado.

 Pues contento y orgulloso, para ser la primera ha estado bien, ahora nos toca a todos los asistentes, pregonar como lo hemos pasado, si merece la pena o no y organizar otra pronto, no podemos dejar enfriarse a los que se han apuntado y lo han cogido con fuerzas, seguro que más de uno que está leyendo esto, tiene agujetas, pero ha merecido la pena. ¿O no?

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