jueves, 24 de diciembre de 2015

Capitulo 705: La mejor lotería.



Sentado en la camilla con el brasero de picón debajo, coloca los números comprados para el sorteo de la lotería de Navidad. Sabe de sobra que la suerte será esquiva con ellos una vez mas, pero este ritual de cada año, no lo cambia por nada. Un papel de traza usado anteriormente para envolver sabe dios que, le sirve de libreta. Las gafas "de ver" con los cristales un poco rallados y las patillas algo flojas, se colocan al lado de dicho papel.
Ha tenido que madrugar algo mas de la cuenta, aunque es verdad que según vas cumpliendo años, la cama no es un lugar cómodo después de cinco o seis horas dentro de ella.
El ritual de todas las mañanas es el mismo, echar el brasero, y salir al corral de enfrente a echar de comer a las gallinas, que en este tiempo la verdad es que ponen pocos huevos.

Al llegar a casa, Maria, su mujer, ya anda de aquí para allá en la cocina. Queda muy poco para tener de vuelta en casa a los hijos y nietos. Los nervios no la dejan hacer nada y lo único que sabe es reñir a Pepe cada dos por tres. "Levanta los pies que barra debajo", !ya te has sentado con lo temprano que es!, !seguro que no nos toca nada!

Pepe la ignora por momentos y con las viejas gafas colgadas de las orejas, se dedica a hacer alguna que otra torcida linea, para cuando empiecen los niños a cantar los números.
A pesar de poder verlo en la televisión, prefiere desde siempre la radio, su fiel compañera. Jamas se acabo de acostumbrar a cambiarla por la "tele", a pesar de que a su mujer es lo que mas la entretiene.

En los prolegòmenos del sorteo, el locutor va recordando ediciones pasadas y a donde fue a parar la suerte. Cuenta también el dinero jugado y los premios a repartir. A Pepe le entra un cosquilleo en el estómago cuando escucha las cifras y en su imaginación, ya sabe lo que va a hacer con el dinero. Todo para mis hijos, que lo repartan entre ellos que los hace mas falta.

Con la primera bola cantada Pepe sube el sonido del receptor y la primera bronca de su mujer no tarda en llegar. "Que te vas a quedar mas sordo de lo que ya estas", es la frase que llega desde la cocina, donde Maria prepara una olla llena con uno de los gallos apartados para la ocasión. A los nietos no los gusta, así que coceré unos macarrones y con un poco de tomate seguro que se lo comen bien.
Con el primer premio en boca de los niños de San Ildefonso, Pepe no es capaz de escribir el numero. !Acaba en cero Maria!, es capaz de decir en voz alta. Su mujer se apresura a llegar hasta el salón donde su marido acaba de subir mas aun el volumen de la radio. Pues no tenemos ninguno con esa terminación. Los locutores rápidamente cuentan donde se ha repartido el premio y a Pepe le viene un poco de bajón al escuchar que su ciudad no ha sido agraciada.

El sorteo sigue sus pautas y en el papel de traza se puede leer entre algún que otro borrón, una serie de números encabezados con alguna cifra. Todavía no ha salido el gordo y fíjate la hora que es, Y al pensar en ello, la voz emocionada del niño al otro lado del aparato canta el premio mayor del sorteo, Maria vuelve hasta las inmediaciones de la radio para enterarse del numero premiado. En dos, termina en dos le dice Pepe con las gafas a punto de caerle encima de los apuntes. creo que tenemos el reintegro por lo menos, pues mira, dice Maria, "menos da una piedra". Y si es asi dicho premio lo jugaran en el sorteo del niño que como viene siendo habitual, es el que se lleva los premios menores del sorteo de Navidad.

Acabado el sorteo Pepe se levanta un poco entumido y camina torpemente hasta el servicio, con la sensación de enfado que le produce saber que un año mas no le ha sonreído la suerte. En la cocina el olor del gallo de corral se apodera de toda la casa y a Pepe se le hace la boca agua. Se asoma al postigo de casa y en el exterior hay una densa niebla que le preocupa. Mal día para conducir esta, piensa para sus adentros sin querer preocupar a su mujer, que seguramente haya pensado lo mismo al salir al corral a tender la ropa. Esperemos que no les pase nada y empiecen a llegar en pocas horas.

Los nervios se empiezan a apoderar del matrimonio y solo con mirarse saben que están pensando lo mismo. Maria le manda a su marido al patio en busca de unas aceitunas guisadas por ellos mismos y cualquier ruido de coche que suena en la calle, les hace asomarse para ver si son ellos. Y cuando parece que el tiempo se ha parado y los relojes de sus muñecas no andan, la puerta de casa se abre de par en par, son ellos. !Abuelo! dice uno de sus nietos mientras salta encima de él. Rápidamente la abuela que estaba en el patio se apresura para salir al encuentro de los nietos y llenarlos de besos por toda la cara. Detrás aparecen los padres, que cargados con las maletas, buscan sus dormitorios de solteros. los cuales siguen sin cumplir años y permanecen como hace ni se sabe el tiempo.

Mientras están todos alrededor de la abuela cerca de la cocina, Pepe mirando el papel con los números apuntados piensa, !que mejor lotería que disfrutar un año mas de ellos!

Felices fiestas para todos y mucha salud.


















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