jueves, 15 de mayo de 2014

Capitulo 581: Y nos dejó Paco, el de la Cocina.



Calor a destiempo, sin duda que no es bueno para nuestra salud. Tú no pudiste soportarlo, aunque se veía venir. Gente trabajadora en oficios desagradables y mal pagados, cuando cobrabas. Demasiado humo en tus pulmones, aunque no todo el humo era tuyo, pero ¡cómo no aguantar el  humo de tus clientes!,  si eran quien te daban de comer.

Tu afición, el futbol. Tu equipo…el Bilbao, aunque los últimos años  habías sido capaz de cambiar el nombre y de vez en cuando  al cruzarnos por la calle, comentábamos la temporada del Athletic. Me resultaba muy agradable el cruzarme contigo, el aprecio que te tengo me viene desde muy chico, a pesar de que de familia no tenemos nada. No hace falta, siempre he dicho que los seguidores del Athletic Club estamos hechos de otra pasta y sin duda que esa complicidad a la hora de querer a este club, nos hace entablar conversaciones que aunque empiezan por el futbol, siempre van a más. Así daba gusto cruzarse contigo. Tu padre…bien, ¿no?, ese era el primer saludo, luego seguía un “este año estamos bien”, haber si acaso… Gente como él, que han visto ganar títulos al Athletic cada dos por tres, no deben de estar contentos con el devenir de nuestro equipo, aunque ante el duopolio que nos implantaron hace años, tú siempre te crecías.

Te conocí hace tanto tiempo, que la foto que mas me gustaba de tu bar era una de Iribar. Sin duda que me hiciste vibrar más de un día cuando me contabas historias suyas, paradas, partidos y gestos con los aficionados. Tuviste la suerte de verle jugar y eso, nunca se te olvidó. Cuando me decías que era el mejor portero del mundo, yo cerraba los ojos y quería ser Iribar, llegar hasta donde llegaba él cuando se estiraba y así, poco a poco, me empezó a gustar jugar de portero.
Mi padre, el otro culpable de esto, jugaba al futbol-sala y lo primero que hacían al acabar los partidos, era visitar tu bar. Por eso yo no me perdía ningún domingo el ir con mi padre, aunque para eso, debía de madrugar e ir a misa de ocho, dado que mi madre anteponía la religión al fútbol, como si el Athletic Club no fuera una verdadera religión para nosotros.

El rato que transcurría entre la finalización del partido y la ducha posterior de los jugadores, se me hacia eterno. Estaba deseando de entrar a tu bar y empezar a ver las fotos de los jugadores del Athletic que poblaban las paredes de tu local. Los banderines y los posters me entretenían mucho, recuerdo pasarme horas y horas leyendo y memorizando alineaciones y la verdad que me daba tiempo. Los del futbol-sala se empeñaban en recuperar los líquidos perdidos durante el partido y el post-partido había días que se hacía más largo que tres partidos juntos. A mí la verdad es que me daba igual, nunca le dije a mi padre que se diera prisa o que me quería ir a casa. Cuando me aburría de leer los poster, me iba a enredar con el futbolín, dado que rara vez nos juntábamos cuatro muchachos para poder jugar. Aquel futbolín no era como el de ahora, entre otras cosas porque allí jugaba el Athletic contra la Real. Todavía no habían logrado conquistar tu bar las dos grandes factorías, ni tú estabas dispuesto a ello.

Cuando ponías tú vista en mí y me veías vagando de una pared a otra, más de una vez me llamabas y me dabas un mosto sin que mi padre me viera, por aquellos años bebían los mayores y los pequeños callaban e intentaban dar poca murga a estos últimos. ¡Te voy a regalar este banderín…! Me dijiste aquel día y a mí me dio un vuelco el corazón. Al llegar a casa no sabía dónde ponerle y ningún sitio me parecía el adecuado para tan tremenda joya.

Todavía recuerdo aquel bienio negro en el que estuvimos a punto de bajar. Tu cara angustiada lo decía todo y con mucho pesimismo, acabábamos aquellas conversaciones esperando a que el próximo encuentro acabara en victoria y en lugar de angustia, hubiera alegría en nuestros rostros.

Qué pena que te pierdas la temporada que viene, aunque estoy seguro que desde donde estés, estarás viendo a tu Athletic y animando como uno más. Lo mejor es que te juntes con tío Bidón y con tío Juan Pulga, que junto con Juan y medio, han creado una peña para seguir juntos los partidos. Estoy seguro que el equipo no os defraudará y lo darán todo por haceros felices. No dejéis de animar y seguro que entre todos, volvemos a ver campeón a este equipo que tanto os hizo disfrutar aquellos años, en los que era más fácil ser de cualquier equipo antes que del Athletic.


Hasta siempre Paco, sin duda alguna que siempre te tendré en mi memoria y no te preocupes, el Athletic estará bien defendido aquí en la tierra, siempre quedaremos algún afortunado que podamos decir bien alto ¡Aúpa Athletic!

Descanse en paz.

3 comentarios:

  1. impresionante enhorabuena por esas palabras que salen del corazón d.e.p. paco .

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  2. Gracias por compartir de esta manera tus vivencias con Paco. DEP
    Yo creo que no hay persona de Trujillo y alrededores que no estuviera alguna vez en la cocina y disfrutara de todo lo que has comentado y más, siendondel equipo que fuera.

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  3. D.E.P. Un buen hombre por lo que entiendo. Y sí, espero que el Athletic dé más pronto que tarde un cumplido homenaje a todos sus aficionados ausentes.

    Goian bego.

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