miércoles, 16 de octubre de 2013

Capitulo 527: Operación: falda de camilla.



Después de unos días de descanso, no se si merecido o no, volvemos a la pluma.

Como ya viene siendo habitual por los hogares de Huertas, una vez acabadas las fiestas, toca la operación armarios y la operación “tarimilla”. Y es que durante la semana de fiestas nadie, o casi nadie se para a buscar por casa el brasero, la falda y la tarimilla. No se si es porque por las noches de las fiestas, nadie lleva frío en el cuerpo, o es por pura pereza.

El caso es que  entre barrer la tierra acumulada por casa, fruto de las visitas a la plaza portátil después de tanto festejo taurino y el tener que voltear los armarios, buscando ya la ropa de otoño-invierno, pasan los paisanos la resaca muy lentamente.

A pesar de tener más o menos controlado el lugar donde sueles guardar los trastes de invierno, hay años que te vuelves loco buscándolos. Y donde te creías que había un brasero, aparece la badila. Y en lugar de encontrar la falda de la camilla, aparece el edredón de la cama.


 Una vez encontrado el brasero eléctrico, te acuerdas al enchufarle, que el año anterior se le fastidió una de las resistencias, normalmente la mas grande y la que mas calienta, con lo que tiemblas al pensar que hay que renovarle, por si habían sido pocos los gastos en las fiestas, ahora se une el maldito brasero.
Aunque bien es cierto que se te pasa por la cabeza lo hablado el invierno anterior, que no era otra cosa que volver al brasero de picon, el más sucio de todos, pero a la vez el más barato. Que con el precio de la luz no es nada extraño el ver a más gente con el brasero en la puerta de casa y el cubo de lata donde depositar las cenizas. Que no seria malo el tener un lugar común donde depositarlas, sin que sean los contenedores de plástico, que más de una vez ya han salido ardiendo victimas de dicha acción.

 Los que tenemos suerte de tener un lugar donde guardar los sacos de picon, nos es mas fácil volver a dicha forma de calentarnos. Muchas de aquellas cuadras destinadas al almacenaje de los sacos de picon, se vieron hundidas o vendidas por sus dueños, al cambiar dicha forma de calentamiento.
Yo este año me paso al picon, aunque se que mas de un día me acordaré de la comodidad del brasero eléctrico, sobre todo cuando el frío arrecie. Espero contrastar dicho momento con el de leer la ilegible factura de la luz, la cual ni el mismo presidente de Iberdrola, sabe explicar.
Pa Habernos matao!!!


Con todo esto, lo mejor es ir hacer picon para consumo propio y rezar para no quedarte sin lumbre y tener que salir en busca del soplete o con un poco de suerte, tener que salir a pedir a las vecinas un poco de lumbre de sus braseros, como antiguamente nuestros ante pasados hacían.
Lo que nos deja esto claro es que aquella frase famosa de cualquier tiempo pasado fue mejor, no deja de tener razón.


Feliz otoño y cuidado con los “tufos”, como siempre decíamos en casa de mis padres.

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