miércoles, 17 de julio de 2013

Capitulo 502: A San Fermin pedimos.




Una vez terminados los San fermines dos mil trece, son varios los debates que se han abierto antes, durante y posteriormente sobre los mismos festejos. Ya no solo se enfrentan los taurinos contra los anti taurinos. Este año aparte de esos enfrentamientos ya habituales, ha habido también enfrentamientos entre los nacionalistas y los que están en contra de ello. Quizás alguno dirá que ese enfrentamiento también se da todos los años. Puede que así sea y yo no soy quien para discutirlo.
 Pero lejos de esos enfrentamientos, yo me quedo con el que ha recorrido toda España como la pólvora, que incluso por mi pueblo ha pasado enfrentando a unos contra otros. Ese debate no es otro que el tema de los tocamientos o abusos como otros han escrito, incluso algo más serio como violaciones, que según parece, es raro el año que no ocurre alguna también.
En ese debate abierto en todos los pueblos, uno de los días de dichas fiestas, tuve la sana costumbre de irme a tomar algo fresco a un bar de aquí. En dicho bar soy cliente habitual y todos me conocen. Allí justo cuando entré, se estaba debatiendo sobre este tema de los tocamientos. Los encargados de dicho debate eran cinco clientes y el camarero. Uno de los clientes defendía el que no se debía de tocar a nadie por mucho que te provocaran. Los otros cuatro, mas el camarero, estaban totalmente en contra de esa idea y ellos defendían el que era normal que a las mujeres que iban enseñando las tetas, pues se las tocaran. Incluso en mitad de una calle, como ha pasado y hemos visto en Pamplona.

El tertuliano que defendía su postura en solitario, cada vez le era más difícil que los demás le escucharan. Les parecía tan tonta a los demás su postura, que todos, incluido el camarero, se mofaban de él a risa limpia. A mí la verdad que me parecía normal su postura y su defensa del tema, pero al preguntarme el camarero mi opinión, preferí no postularme en ningún bando y continué  escuchando las dos ponencias. Mientras los escuchaba, pude cerciorarme de que tres de los defensores de los tocamientos, estaban solteros. Eso a lo mejor no quiere decir nada, pero viendo como defendían los manoseos, sostuve que algo si tenía que ver. Lo que me molestó mas aun, fueron los otros dos tertulianos, casados y con hijas mayores. Yo no podía entender como defendían esa postura, sabiendo que a lo mejor algún día a quien manoseaban estos salidos, podían ser las tetas de sus hijas, o por qué no, las tetas de sus mujeres. Porque ¿a que llamamos provocación? A estar de fiesta y pasárselo bien y ya por eso un sobón se tira a unas tetas porque la dueña de ellas, las está enseñando o a lo peor, las ha enseñado sin querer. ¿Y la que dentro de dicha fiesta ni las ha mostrado, ni se siente feliz cuando se las han tocado, también es una provocadora?
El contertulio que defendía solo su ponencia salió del bar cabreado, los demás compañeros de tertulia acabaron insultándole, llamándole tonto. Tan solo por opinar, como luego más tarde he opinado yo. Lo malo que a mí me pasó con mi grupo de amigos. Una vez les conté esta historia, lejos de creer que opinarían como el solitario tertuliano del bar y en definitiva como yo, me di cuenta de que volvían a defender lo que los demás contertulios del bar defendían a capa y espada. Que si una tía muestra sus tetas, cualquiera de los allí presentes, tiene permiso para tirarse a ellas e incluso ordeñarlas si hiciera falta.

 Ahora era yo el que se quedaba solo ante el peligro, defendiendo la postura más democrática que puede haber, que no es otra que saber y entender, que tú, ni yo, ni nadie, puede tocar a nadie si este alguien, no te da su permiso. Por muy bonitas que sean las tetas y por muy buena que este dicha mujer. Porque si pensamos así todos, a lo mejor en el próximo canto de la Salve en la plaza de Trujillo, cuando alguna mujer de buen ver y escote agradecido este descuidada cantando a su patrona, alguno de estos defensores de los tocamientos se lance a por sus tetas, mientras dicha mujer siga cantando:” en los muros del viejo castillo…” Seguro que si es la mujer o hija de otro contertulio defensor de los manoseos, su pensamiento cambiará de forma fulminante y a lo mejor hasta se pone de mi parte y todo, cosa que la verdad yo pensé que no haría falta ni debatirla jamás, pero ya he visto y comprobado, como el que abandonó el bar y yo, estábamos confundidos totalmente y visto lo visto enseñar una teta es sinónimo de lanzarse a ella, sea de quien sea y diga lo que diga su dueña.

Madre mía el día que los suelten en la playa a todos, no quedará teta sin ser tocada, porque enseñarlas en la playa o en las fiestas de cualquier pueblo, para mí, es lo mismo, ¿o no?
Respeto señores, respeto ante todo.

4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo en líneas generales, pero me da a mí, que esas que se prestan a tales sobeteos, están en Pamplona para cualquier cosa excepto para la fiesta de los toros en sí. No hay más que ver las caras y gestos de rechazo que ponen a ser tocadas por todos y cómo se resisten a ser alzadas sobre la multitud, vamos lo que se llama, "el hambre y las ganas de comer".

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  2. Marcos, creo que entiendo lo que quieres decir. Pero también creo que tu postura extrema es errónea.

    Es cierto que no debes tocar nada CONTRA la voluntad de su dueñ@. Pero también es verdad que cuando una persona toca el culo a su pareja sin preguntar, nadie se escandaliza (y sabemos perfectamente que ser novio no te da derecho a todo), pero es que las reglas ahí han cambiado. Si sois novios se presupone que salvo que se diga lo contrario podéis sobaros.

    En una discoteca cuando ligas con alguien no sueles preguntar "¿te puedo besar?" incluso se considera de pringaos preguntarlo y eso baja las probabilidades de que te digan que sí. Se suele intentar besar sin más (despacio) y si la otra persona se echa para atrás paras si se echa para alante sigues.

    Es decir, las circunstancias cambian las reglas del juego, cambian las presuposiciones, el lenguaje no siempre es verbal...

    Si una tía se quita la camiseta en una fiesta y se acerca a ti guiñándote un ojo y mordiéndose los labios, ¿necesitas su permiso verbal para tocarla o has entendido el lenguaje de sordos que está hablando y simplemente extiendes la mano lentamente y con cautela para darle tiempo a rechazarte?

    Si estás en la fiesta internacional del sobamiento y ves que a una tía le están tocando las tetas y le encanta, ¿le preguntarías a voz en grito (hay mucho ruido) "señorita me permite tocarle las tetas"?

    Digamos que depende de la "provocación" te pueden estar dando permiso implítico, el elnguaje no siempre es verbal, pero siempre hay que acatar lo que te digan (si te dicen algo en contra como "no me toqueis ¿eh?" o se hace amago o gesto de disgusto la cosa cambia).

    Vamos, que estoy totalmente contra el abuso sexual pero creo que tu postura maximalista y radical es errónea aunque comprensible.

    Solamente añadir que en efecto, en una playa no se suelen tocar lo pechos, lo que demuestra que los hombres se saben controlar y no son la turba de ansiosos pervertidos que algunos describen por ahí.

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  3. Por cierto, ¿que opinas de este par de fotos?

    http://www.lacajatonta.es/wp-content/uploads/2013/07/Carlos_Mediavilla_Arandigoien_1.g.jpg
    http://www.lacajatonta.es/wp-content/uploads/2013/07/1004463_10151583906602833_802933475_n.jpg

    Y te recuerdo que asimismo, necesitas el permiso de una persona para tocarle cualquier parte del cuerpo. Sin embargo la gente te da una palmada en la espalda, un par de besos o te ponen la mano sobre los hombros sin permiso y es cuando les dices "no lo hagas" cuando te piden perdón y no te lo hacen.

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