sábado, 20 de diciembre de 2025

Capitulo 1031: Y si no es ahora, ¿Cuándo?




 Vivir sólo pensando en el mañana a parte de no ser bueno para la mente, tampoco es bueno para la salud.

El decir ahora no puedo hacerlo, no puedo ir, no me puedo permitir esto o aquello es negarse a uno mismo vivir. Cuando me jubile haré esto o aquello son frases que uno escucha demasiado en la era que vivimos y es una torpeza tener que esperar a ese momento cuando nadie te garantiza que llegues a el, ni tampoco en que condiciones.

Vivir con el freno de mano echado por miedo a que el coche que conducimos pueda emprender la marcha cuesta abajo y sin frenos. El truco está en saber colocar el vehículo en una carretera totalmente llana, donde tan solo haya que esquivar los típicos baches que a las carreteras les van saliendo por su edad y desgaste. Los talleres cada vez están en más manos privadas y donde hasta hace poco te iban haciendo las revisiones gratis, ahora hay que rascarse el bolsillo si quieres que en la ITV te llamen de los primeros y todo te vuelve a hacer pensar en guardar todo lo que puedas para tu jubilación.

Es triste perderse todo lo que la vida te pone a tú merced por el simple hecho de no gastar lo que vamos ganando, aunque es cierto que cada vez somos más a los que el mañana nos importa lo mismo que el día de hoy, porque si no es ahora ¿Cuándo? Como decía el maestro Robe "Estad atentos a la vida y no os perdáis nada" quién sabe si mañana estaremos aquí para seguir contando las tristes monedas que hemos ido guardando para que al llegar nuestra jubilación, poder gastarlas en talleres donde nos irán poniendo parches y piezas de segunda mano para pasar la siguiente revisión antes de que entreguemos la cuchara, para escuchar las alabanzas que ese día todo el mundo nos dedicará delante de nuestras familias, aunque en vida no les cayéramos muy bien, es de obligado cumplimiento entregar la pellica y por arte de magia uno pasa a ser Jesucristo García rodeado de mercaderes.

Que sigamos cumpliendo años no depende sólo de nosotros, hace falta esa pizca de suerte que a muchos y muchas jamás se les aparece.

Por mucho que algunos se empeñen, no se puede concretar la fecha de nuestra muerte, ni con Satán, ni con la divina providencia.

Feliz vida y para los que esperan su jubilación atrincherados en sus casas, también.








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