miércoles, 24 de diciembre de 2025

Capítulo 1032: Aquella maldita Nochebuena.



 Aquella Nochebuena enterraron en vida a Tía Isabel, desde entonces las Navidades en su casa han sido un suplicio más que una celebración. Cada año que se acercaban a Tía Isabel se le ponía un nudo en el estomago y hasta bien entrado enero, no era capaz de comer apenas bocado.

No soporta ir a comprar el pan y empezar a ver los turrones, mazapanes o polvorones en las estanterías de la tienda, eso es síntoma de que están a punto de llegar y la pena que intenta soportar a lo largo del año, por esa fecha se apodera de ella igual que se apoderan las nieblas de los paisajes en los meses de invierno.

La televisión no se volvió a encender en su casa y pasó a ser un mueble más, donde Tía Isabel pega la hoja donde va apuntando las cosas que tiene que comprar cuando baja al comercio, la cabeza dice ella para sus adentros, no le funciona igual cada año que va pasando, aunque lo que no es capaz de olvidar es aquel veinticuatro de diciembre cuando recibió aquella llamada informándola de la triste y trágica noticia.

Diego tenía recién cumplidos los dieciocho y jamás quiso ir a cumplir con la patria, él decía que había cosas mucho más importantes que hacer por su país que ir a pegar tiros a no se sabe quién y donde. Hubiera preferido seguir siendo útil en la fragua al lado de su padre, el cual le había enseñado todo lo necesario para ganarse la vida con ese oficio. Pero Ángel, su padre, siempre tuvo en la cabeza que un hombre no acaba de serlo nunca si no cumple el servicio militar y fue el primero en quitar de la cabeza a su hijo el objetar no se qué cojones de conciencia ni ostias. Déjate de historias y mira a ver donde te ha tocado en el sorteo fueron sus ultimas palabras hacia su hijo, pues aquel día después de venir de la fragua, mientras se estaba lavando en la pila que tenían en el patio, a Tío Ángel le dio un dolor fuerte en el pecho y allí mismo quedó para siempre.

Aquel suceso hizo que Diego pudiera salvarse del servicio militar si hubiera querido, pero las ultimas palabras de su padre seguían retumbando en su cabeza y lejos de arreglar los papeles para poder librarse, optó por irse a Cerro Muriano en Córdoba, para cumplir con la patria y terminar de hacerse un hombre, como le dijo su padre el día que falleció.


A Tía Isabel no le hizo mucha gracia ver como en una semana se había quedado sin marido y también sin hijo, puesto que había marchado a hacer la mili a cuatrocientos kilómetros de su casa.

Los días se le hacían eternos y deseaba que llegara la hora en que la cartera pasara con el correo para ver si su hijo la había escrito. En el calendario de la pared con rotulador negro iba tachando los días para descontar lo que le quedaba de mili a su hijo. Cuando llegaba el treinta de cada mes, sus ojos se llenaban de lágrimas al ver que un mes menos le separaban de su criatura, el cual en cada carta que mandaba al pueblo intentaba no disgustar a su madre mucho y como podía disimulaba su mal estancia en aquel maldito cuartel.



Ni si quiera las palabras de su padre retumbando en su cabeza fueron capaz que Diego no se viera envuelto en más de una pelea con los compañeros, los cuales le hicieron la vida imposible desde el primer día que llegó al cuartel. Empezaron a reírse de su acento, luego de su aspecto físico, por culpa de aquella delgadez que siempre acompañó al bueno de Diego que nunca fue capaz de ser mala persona con nadie a pesar de que le dieron motivos para serlo. 

Empezaron a putearle con las imaginarias, luego con las guardias y cuando le tocaba el polvorín, en lugar de dos horas de garita le colocaban seis, eso si se acordaban de ir en busca de él, puesto que siempre le tocaba de forma intencionada, la garita mas alejada del puesto de mando.

Aquel globo se fue inflando tanto que estaba claro que algún día iba a explotar y todo sucedió aquella mañana de Nochebuena cuando Diego en lugar de hacer el petate y poner rumbo a su casa como tenía previsto, le cambiaron las guardias los listos de sus compañeros y tuvo que coger los trastes y desfilar para el polvorín donde le esperaba aquella desgraciada garita a la que tanta manía llegó a coger.

En su cabeza las palabras de su padre se amontonaban con la idea de quitarse del medio, era tal la depresión que entre todos hicieron pillar al bueno de Diego, que cuando se subió a la maldita garita una luz se iluminó en su cara y fue entonces cuando tuvo claro que no podía seguir con aquello. Apretó el gatillo de aquel viejo cetme y Diego descansó para siempre el día de Nochebuena, mientras sus compañeros disfrutaban en sus casas con sus familias...

Hoy, cuando Tía Isabel escucha en su vieja radio que es probable que vuelva el servicio militar obligatorio, por dentro de sus entrañas algo se le revuelve y desea con todas sus fuerzas que a quien lo propone, tenga la misma mala suerte que tuvo ella con su hijo aquella maldita Nochebuena, dónde las palabras Feliz Navidad se le empezaron a atragantar de por vida.











sábado, 20 de diciembre de 2025

Capitulo 1031: Y si no es ahora, ¿Cuándo?




 Vivir sólo pensando en el mañana a parte de no ser bueno para la mente, tampoco es bueno para la salud.

El decir ahora no puedo hacerlo, no puedo ir, no me puedo permitir esto o aquello es negarse a uno mismo vivir. Cuando me jubile haré esto o aquello son frases que uno escucha demasiado en la era que vivimos y es una torpeza tener que esperar a ese momento cuando nadie te garantiza que llegues a el, ni tampoco en que condiciones.

Vivir con el freno de mano echado por miedo a que el coche que conducimos pueda emprender la marcha cuesta abajo y sin frenos. El truco está en saber colocar el vehículo en una carretera totalmente llana, donde tan solo haya que esquivar los típicos baches que a las carreteras les van saliendo por su edad y desgaste. Los talleres cada vez están en más manos privadas y donde hasta hace poco te iban haciendo las revisiones gratis, ahora hay que rascarse el bolsillo si quieres que en la ITV te llamen de los primeros y todo te vuelve a hacer pensar en guardar todo lo que puedas para tu jubilación.

Es triste perderse todo lo que la vida te pone a tú merced por el simple hecho de no gastar lo que vamos ganando, aunque es cierto que cada vez somos más a los que el mañana nos importa lo mismo que el día de hoy, porque si no es ahora ¿Cuándo? Como decía el maestro Robe "Estad atentos a la vida y no os perdáis nada" quién sabe si mañana estaremos aquí para seguir contando las tristes monedas que hemos ido guardando para que al llegar nuestra jubilación, poder gastarlas en talleres donde nos irán poniendo parches y piezas de segunda mano para pasar la siguiente revisión antes de que entreguemos la cuchara, para escuchar las alabanzas que ese día todo el mundo nos dedicará delante de nuestras familias, aunque en vida no les cayéramos muy bien, es de obligado cumplimiento entregar la pellica y por arte de magia uno pasa a ser Jesucristo García rodeado de mercaderes.

Que sigamos cumpliendo años no depende sólo de nosotros, hace falta esa pizca de suerte que a muchos y muchas jamás se les aparece.

Por mucho que algunos se empeñen, no se puede concretar la fecha de nuestra muerte, ni con Satán, ni con la divina providencia.

Feliz vida y para los que esperan su jubilación atrincherados en sus casas, también.








domingo, 14 de diciembre de 2025

Capítulo 1030: Viudos de Robe



 

He dejado pasar los días en parte porque no sé que escribir y por otra parte para dejar pasar el dolor de mi corazón. 

Después de leer tantas y tantas muestras de cariño hacia su persona, uno sabía el genio que era y la cantidad de seguidores que tenía y tiene, entre los que me encuentro desde que empezó su andadura musical. Lejos de esperar este desenlace tanta terrible por el que Robe nos ha dejado, siempre tuve la esperanza de poder escuchar que andaba grabando otro disco, o mejor dicho, otra obra de arte que es lo que siempre hacía este genio de la poesía cantada.

Pero no, la caprichosa parca nos lo arrebató antes de que pudiera seguir deslumbrando en sus conciertos donde uno escuchaba versos a cascoporro a la vez que cantábamos todos sus himnos que son unos cuantos.

Hubo amigos que se quedaron en Extremoduro y que se negaron a seguir la carrera de Robe en solitario exponiendo que nada tenía que ver su música actual con aquella otra al lado de Iñaqui "Uoho", pero en mi caso no sé si por los años que uno va cumpliendo la paz que había en sus canciones llenas de violines me hacían sentirme bien escuchando sus letras, poniendo cada canción en cada momento de mi vida pasajero.



Ese tiempo de depresión y ansiedad fue curado por la letra del "Hombre pájaro" que tantas y tantas veces escuché entre lágrimas y mal cuerpo y que por arte de magia sanaban pues parecía que el maestro me la había escrito sólo para mi.

De aquel concierto de Extremoduro en 2.014 en el Príncipe Felipe donde desde el pueblo pusimos un autobús para ir a verlo y que por culpa de aquella famosa final de la chapions entre el Atlético y el Madrid, nos tuvieron esperando a que terminara la prorroga para empezar el concierto. Yo me imaginaba a Robe cagándose en todos los santos esperando a salir a cantar. Fue el ultimo que vi de Extremoduro en directo porque ya sabemos lo que pasó en su gira de despedida y el puto covid, que nos privó seguramente de una de las giras mundiales mas importantes que pudiéramos haber visto. Y mira que nos costó conseguir entradas por aquellos días.

Luego tuvimos la suerte de ver la gira de "Mayeutica" donde creo que jamás he presenciado por parte de ningún grupo o artista cantar y tocar del tirón el disco entero sin descansar. Como se escuchaba aquella música es algo que me quedaré para mis oídos para toda la vida y al lado de mi hijo en aquel concierto me costó aguantar las lágrimas al verle disfrutar tanto como yo a mi lado. La vuelta a casa comentando aquella maravilla que habíamos tenido la suerte de presenciar juntos es otro de los recuerdos que jamás se me borraran de mi memoria.



Y lo ultimo que ya nos acabó de llenar completamente fue la gira del ultimo disco " Se nos lleva el aire", donde volvimos a poner otro bús para ir juntos otros pocos de vecinos de Huertas y Trujillo para disfrutar juntos, el antes, durante y después de aquella obra maestra. Esta vez con mi hijo y sus amigos que a pesar de crecer entre el puto reguetón, han sabido limpiar sus oídos y disfrutar de lo que en realidad es música y poesía.

Como si fuera un familiar sigo guardando el luto y me cuesta incluso escuchar sus canciones quizás porque es demasiado pronto todavía para hacerme a la idea de que todo lo vivido ya no volverá jamás y cuando se pase todo este boom donde parece ser que todo Dios le escuchaba y gustaba, aun sabiendo que es puro postureo por parte de muchos y muchas que por quedar bien han sido capaces de copiar algunas estrofas de alguna canción y pegarlas en redes para así hacer ver que también eran seguidores suyos. Sólo ha faltado escuchar a la iglesia mostrar su pena por tan enorme perdida.

Si el maestro levantara la cabeza todos sus auténticos seguidores sabríamos la frase que diría; "Iros todos a tomar por culo"... 

Gracias Robe por hacerme ver el mundo de otra forma a través de tus letras. Un viudo de Robe más.



Capítulo 1032: Aquella maldita Nochebuena.

  Aquella Nochebuena enterraron en vida a Tía Isabel, desde entonces las Navidades en su casa han sido un suplicio más que una celebración. ...