sábado, 19 de octubre de 2024

Capitulo 1020: Cuando damos la vuelta al jamón.

 


Y fue un catorce de marzo, miércoles, a las doce y poco del mediodía cuando vine al mundo, según informaciones maternales, porque los padres de esas cosas no memorizamos nada.

Nací en el seno de una familia obrera, mi padre fontanero después de haber probado sin éxito el paso por la policía municipal, donde a parte de poner pocas multas por aquellos años, había que consultar con los jefes mas altos si a fulanito se le podía denunciar o no y eso para los principios de mi padre fue suficiente para soltar el casco y la porra e irse a Madrid a buscarse el cuscurro que en el pueblo tan difícil era por aquellos años.

A la vuelta de los "madriles" y con un oficio aprendido, tocó currar con los del pueblo, que pronto se rindieron a las manos del "Brujo del Plomo".... A día de hoy todavía encuentro en alguna obra algún trabajo realizado por mi padre cincuenta años después.

Vivir en Huertas de Ánimas ha sido todo un lujo durante los años que llevo vividos. Sin tenerlo todo a nuestro alcance, nunca hemos echado de menos nada. Para mí eso lo es todo en la vida. Aunque es cierto que cada vez que algún amigo o conocido marchaban del pueblo, un dolor fino nos asaltaba el estómago y pronto dejábamos de echarlos de menos puesto que los autóctonos que nos quedábamos, debíamos de seguir viviendo. Cuando volvían por el pueblo, éramos los primeros en recibirlos y escuchar todas las aventuras que tenían preparadas en sus cabezas para contar a los del pueblo, para ver si enganchaban a alguien más y se los llevaban para Madrid.

No fue fácil pasar por alto varias oportunidades que se presentaron, pero el arraigo con el pueblo siempre fue mayor que cualquier cifra mareante que los amigos de fuera te contaban cuando venían. Nosotros nos aferrábamos a nuestros bares y discotecas además de rozar más todavía con la familia, que sin duda fue la parte más importante para todos los que nos quedamos en el pueblo por aquellos años.

Y la vida fue pasando, el paso por el servicio militar me hizo todavía ser más Huerteño, y si antes tenía claro que jamás me movería del pueblo sino era por causa mayor, cuando me licencié, juré que sería un "Huertovi" ( Huerteño de toda la Vida) todo los años que pudiera y estuviera en mi mano.



Los primeros amigos con novia se fueron casando y los primeros niños llegaron a la peña "el Charpazo". Hoy seguimos comprobando como hicimos bien el trabajo de padres y amigos para hacer que entre ellos siempre se lleven bien y se ayuden siempre que le haga falta ayuda a uno de ellos. Me encanta verles juntos y ver fotografías que mandan al grupo de la peña para mostrarnos que han estado junto en cualquier fiesta de los pueblos de alrededor. En eso salen la mayoría a los padres que siempre que podíamos y el bolsillo lo permitía, nos dejábamos ver por cualquier fiesta, eso si, sabiendo que el lunes tocaba volver a currar, porque la peña está llena de trabajadores prematuros y pocos estudiantes y no por eso hemos dejado de ser gente inteligente, a los escritos me remito.

Y vamos viendo crecer a todos a la vez que a nosotros nos crece la chepa, que se va llenando de problemas resueltos y alguno aun por resolver que hace que jamás podamos bajar la guardia.

Los nietos van llegando a la peña y ya toca quedarse con ellos para que los padres puedan disfrutar de ellas lo mismo que hicimos nosotros cuando se los dejábamos a los nuestros. La vida es un rio que lo mejor es que siga su curso sin salirse de el, aunque siempre se presentará algún problema extra que toca resolver.

Ahora, cuando das la vuelta al jamón, por el otro lado está mejor. Cada loncha hay que saborearla porque es el jamón que queda si miras el hueso que se ve por la parte de abajo. Minimizar problemas, pisar el freno y dejar el acelerador a un lado que no hay prisa por seguir viviendo y seguir rozando con la gente que te importa y te quiere y ayudar al prójimo cada vez que te lo pidan. El pueblo es nuestro y solo nosotros podemos conservarle, no debemos conformarnos con lo poco que nos ofrecen y hay que exigir lo que nos pertenece porque el gran enemigo de los pueblos es la despoblación que crece a pasos agigantados y solo nosotros podemos frenarla poniendo algo de nuestra parte mientras saboreamos las ultimas lonchas que nos quedan por partir.




1 comentario:

  1. Tienes razón los k x desgracia hemos tenido k emigrar x motivos de trabajo k entonces no había en el pueblo también nos gusta nuestro pueblo añoramos las fiestas y todo lo k allí hemos vivido

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