sábado, 3 de marzo de 2018

Capitulo 896: Abuelo, ¿Tu tienes miedo?




No había hecho nada más que dar de comer a su mujer cuando sonó el timbre de la puerta. Era su nieto que como todas las tardes venía a su casa mientras su madre iba a limpiar una oficina cobrando una verdadera miseria y su padre andaba cogiendo fruta; eso ahora, que otras veces andaba a lo que caía y últimamente caían pocos trabajos. Demasiada gente parada para tan poco que hacer en un pueblo que envejecía a pasos agigantados.

El primer beso se lo da siempre a su abuela, aunque esta lleva bastantes meses que no devuelve beso ni caricia alguna, pero a su nieto le da igual. El siguiente beso acompañado de un abrazo va para su abuelo, sin duda que ante la falta de contacto con sus padres, su abuelo era su mayor ejemplo a seguir. Siempre le echaba un cable en las tareas aunque este buen hombre no pudo matricularse nada mas que en la universidad de matar el hambre, esa que tanto costó aprobar el máster.

Antes de hacer otra cosa el abuelo va a la cocina a preparar un buen bocadillo a su nieto. Le gusta verle comer con tanto apetito, todo lo contrario que su mujer, la cual se hace la remolona para masticar y cada vez es mas difícil hacerla comer algo. Esta maldita enfermedad va acabar con los dos por delante, susurra cada vez mas veces a lo largo del día.

Una vez que termina de comer, el niño saca sus deberes y sin que nadie le obligue, comienza a hacerlos. Sabe que su futuro pasa por los estudios y se lo han recordado tantas veces sus padres y abuelo, que tiene la lección bien aprendida. Ademas mientras los hace, enseña a su abuelo las cosas que este no sabe, además de preguntarle por si le puede ayudar en algo.

Abuelo, hoy nos han preguntado en clase que es el miedo y si le sufrimos. Yo he contestado que sí, sobre todo a la oscuridad, pero después de escuchar a todos mis compañeros, nos hemos dado cuenta que tenemos miedo a mas cosas. Unos a los perros, otros a los gatos. Algún amigo ha dicho que le daba miedo ir solo por la calle y otro que le daba miedo montar en bici. La profesora lo iba apuntando en la pizarra y sabes, casi la llenamos de cosas que nos dan miedo.

¿A ti que te da miedo abuelo?

_ ¿Miedo? Cuando era niño como tú me daba miedo que mi padre me mandara solo a la huerta a espantar pájaros, los cuales les gustaba comerse las sandías que mi padre tenía sembradas. Y no era de noche, pero como si lo fuera, porque allí no había nadie.
Me daba miedo llegar el ultimo a la mesa y quedarme sin comer. Tenía miedo a la zapatilla de mi madre cuando liaba alguna por el pueblo y llegaba a sus oídos.

Cuando fui creciendo me daba miedo no rendir en el trabajo que me buscó mi padre y que él se enterara. Me daba miedo que me pillaran fumando a escondidas y me sacudieran por ello. Me daba miedo llegar a casa un poco mareado por culpa de los tres vasos de vino que me había bebido con mis amigos y que se diera cuenta mi madre.

Al cumplir los dieciocho años, tuve pánico al entrar en quinta y que me tocara hacer el servicio militar en África, y como si estuviera escrito en algún lugar, allí acabé. Tuve miedo a no saber vivir lejos de mis padres casi dos años que fue lo que estuve en el ejercito. Me dio miedo el barco y las las que había. Me dio miedo el tren que se caía a pedazos que es el mismo que seguimos teniendo.

Tuve mucho miedo el día que declaré mi amor a tu abuela a que me mandara a freír espárragos y no quisiera ser mi novia. Me dio miedo el día que me presenté en aquella finca a pedir trabajo y que el señorito me dijera que no.
Una vez dentro de ella, comencé a tener miedo todos los fines de semana, justo cuando el dueño venía con sus amigos a cazar y a hacer todo lo que les venía en gana. Me daba miedo no saber aguantar las ganas de meterle un puñetazo a mas de uno de aquellos babosos que le acompañaban.
Me dio miedo no poder llegar a tiempo el día que nació tu padre, pero estábamos con la "pariera" en la finca y no pude ir.
El miedo mas grande por aquellos años era el no llegar a fin de mes, menos mal que tu abuela se licenció en economía y supo llevar las cuentas de la casa magistralmente. Tuve mucho miedo cuando tu tía vino al mundo anticipadamente y el médico nos dijo que poco podía hacer por ella. Pero tu abuela hizo la carrera de medicina en un curso acelerado y la sacó adelante.

Tuvimos miedo el día que el dueño de la finca murió y esta pasó a sus herederos. Cuando te creías que no se podía ser peor persona, te das cuenta de lo mucho que íbamos a echar de menos al viejo.
Tuve miedo de venir al pueblo y que no discutieras con alguien por culpa de los extremos en política.
Tuve miedo de que tu padre y tu tía no estudiaran una carrera y tuvieran un futuro mejor y distinto al mio. Tuvimos tu abuela y yo mucho miedo a no disponer de dinero para pagar dichas carreras, pero es que cobrábamos una miseria y tu padre se dio cuenta de que hacía falta echar una mano en la finca.

El miedo le fui perdiendo según fui cumpliendo años y fuisteis naciendo vosotros. Nos llevamos palos por exigir lo que nos pertenecía. Fuimos capaces de vivir un poco mejor y que se reconociera nuestros trabajo y los años que llevábamos en ellos. Fuimos capaces aunque sin alardes, de llegar a final de mes e incluso ahorrar algo para las bodas de nuestros hijos. Conseguimos que las jubilaciones no fueran una verdadera miseria aunque muchos no tuvieron esa suerte, todo esto a base de salir a las calles y unir nuestras manos, aunque también nos dieron los grises palos.

_ Abuelo, tu solo has llenado la pizarra con tus miedos. Creía que era yo solo el único que tenía.

_ Ahora me están volviendo aquellos miedos al ver la dejadez de la gente. Al ver que han vuelto los abusos de los que siempre estuvieron por encima de nosotros. Al ver que a tu abuela la tengo que cuidar yo por culpa de los recortes en sanidad, esto si que me da miedo.

_ ¿Y como se quita ese miedo abuelo?
_ Saliendo a las calles, exigiendo lo que es nuestro. Quitando privilegios a los que mas tienen y juntando nuestras manos.
_ Pero eso no es difícil de hacer abuelo, ¿por qué no se hace?

_ Porque la gente tiene MIEDO, demasiado miedo...











1 comentario:

  1. Una vez más, un fantástico relato, aunque lo veo más como una fábula, y digo fábula, porque la cosa va de animales. Por un lado, los burros, que trabajan toda su vida como tal para que en mejor de los casos y muchas veces, puedan cubrir tan solo sus necesidades más básicas, y por el otro, los puercos. Sí, los cerdos que han creado un sistema para que los burros sean casi incapaces de conocer otra cosa que el palo y la zanahoria.



    Solo cabe esperar que los pobres borricos sepan y quieran organizarse, para si es necesario, ser capaces de cocear a tanto cerdo…

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