domingo, 21 de enero de 2018

Capitulo 888: Volver a Piornal. (Jarramplas 2.018)



Hay cosas en esta vida que uno va perfilando según va cumpliendo años. Cuando conoces lugares y fiestas con encanto uno siempre procura volver mas pronto que tarde, aunque no siempre se puedan cumplir los planes y expectativas que uno planea.
Este año después de cuatro sin ir, se cumplieron todos los planes y se alinearon los astros para que cuatro de los cinco integrantes que cuatro años atrás conocimos esta fiesta, volviéramos a repetir.


Nada que ver el viaje que hicimos ayer comparado con el anterior, aquel año la nieve fue la protagonista y sin duda que fue la primera vez que un servidor pasaba miedo conduciendo por aquella estrecha y nevada carretera. Ayer fue un día de recuerdos profundos, puesto que no hicimos otra cosa que recordar cada una de las anécdotas que sufrimos aquel año.

Ayer sin duda que de aquella fiesta que conocimos cuatro años atrás no quedaba casi nada. El buen tiempo, malo para los lugareños, fue sin duda uno de los causantes de que Piornal estuviera de gente hasta arriba. Eso y la declaración de fiesta de interés turístico nacional hacen que una fiesta de pueblo pase a ser una fiesta mayoritaria con lo que ello conlleva. A los lugareños se les veía divididos en sus opiniones, unos protestaban por la cantidad de gente que había por todas las calles del pueblo y otros sin embargo, estaban contentos de enseñar su fiesta y su pueblo a todos los forasteros que ayer nos dábamos cita en la localidad piornalega.


El caso es que ayer nos fuimos un poco mas tarde y no llegamos con hora de ver salir al "Jarramplas" desde su casa a la iglesia, que sin duda es el mejor para poder disfrutar de él, puesto que hay menos gente, aunque ayer ni ese se salvó de la muchedumbre. Como hasta las doce y media no salia el siguiente nos dio tiempo a tomar algo caliente mientras esperábamos. Para nuestra sorpresa comenzamos a ver a paisanos de Huertas y Trujillo que habían decidido acercarse también a conocer esta singular fiesta, allí todos comentábamos las batallitas que habíamos disfrutado y las que nos quedaban por disfrutar. Ante tanto personal hay que tener cuidado con los nabos, puesto que la gente mucha no sabe como es esta fiesta y coge y tira nabos sin saber a que ni a donde, por lo que es fácil recibir algún impacto.


Como esperando a la salida de las vacas en un encierro de las Huertas, allí estábamos a las puertas de la iglesia donde al sonido del tercer cohete y con las piernas temblandonos, hacía acto de presencia Jarramplas, que lo primero que hizo después de recibir una lluvia de nabos en la misma puerta, fue venirse hacia donde estábamos nosotros, por lo que nos costó correr sin querer o queriendo, quien sabe, puesto que era la muchedumbre quien te llevaba de un lado a otro. Como son pocos minutos los que va a estar fuera, hay que arrimarse a él para poder darle con alguno de los treinta mil kilos de nabos repartidos por todas las calles del pueblo, sabiendo que ello te puede costar algún impacto que venga desde la otra parte de la calle, o como he dicho antes, desde detrás tuya si quien lanza es alguien con mas miedo que vergüenza y decide no arrimarse.



Jarramplas 2.018
El ruido de los impactos de los nabos en la careta del Jarramplas es brutal y este año los nabos eran de tamaño impresionante. Corre de una calle a otra y acaba en la plaza donde la gente se atropella unos a otros, escalones que no se ven y gente que cae por los suelos es el resultado de una fiesta con mas gente que nunca y desbordada en todos los aspectos. El siguiente en salir será por la tarde sobre las cuatro y media y para entonces nosotros decidimos el regreso y que sean otros quienes conozcan esta singular fiesta que como dicen algunos de los piornalegos, hasta que no vuelva a caer en día de diario no será nuestra fiesta de siempre.



Volveremos.






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Capitulo 1015: Finde en Nerja.

  Había ganas de volver a juntarnos con los amigos de las excursiones, que a más de uno solo vemos cuando nos montamos en el bus. Y es que s...