domingo, 21 de agosto de 2016

Capitulo 754: Seguimos en el espino.



Y aunque el plan era haberme acercado esta mañana temprano para aprovechar el domingo mas solo que la una, el peque de la casa al saber de mi plan se interpuso al medio. Diciendo y exigiendo el acompañarme a donde fuera y a la hora que fuera, tuve que ceder y quedar mas tarde. A las ocho te llamo le dije,creyendo que era buena hora.


Cuando eran las siete y media una mano me movía y despertaba de mi letargo, era el peque que ya estaba preparado para la jornada de trabajo. Una vez vestidos y desayunados nos traemos también al perro y nos encaminamos hasta el espino. El agua va bajando su nivel y empieza una de las fases mas duras que quedan por hacer de la obra. Limpiar el fango es duro, hay mucho y el olor que desprende este material no es muy agradable. Pero poco a poco entre risas y mucha calor logramos amontonar la suciedad y sacarla del fondo del lavadero. No faltan las visitas de amigos que aprovechan la jornada dominical para pasear a sus mascotas.


Cuando el reloj marcaba las diez, nuestro amigo Darta siempre atento, se presentaba con los ingredientes necesarios para comernos el famoso muerdino, que aunque no estuviéramos en ruta, nos hacia la misma ilusión que si estuviéramos andando. Buen rato explicando el plan de trabajo que tenemos pensado de hacer, algún amigo mas hace acto de presencia con algún refresco para que aplaquemos la sed, todo un detalle que uno agradece ante estas temperaturas.



Y de pronto nos volvemos a quedar solos el peque y yo. Y continuamos el plan de trabajo que nos hace comenzar a retomar con la cal hidráulica, las juntas de las piedras que cercan el famoso lavadero. La muestra nos ilusiona y aunque sabemos que el trabajo que nos queda sera arduo y algo costoso, deseamos tener otro rato libre para seguir dándole la forma a nuestra obra, la cual nos empieza a quitar el sueño al pensar en lo que nos queda todavía que elaborar.
No tenemos prisa pero es necesario retomar todo el interior antes de que las aguas vuelvan al lavadero. Aunque es cierto que no sabemos si se secará entero o nos quedará un charco para aprovechar el agua para el trabajo, cosa que no nos vendría mal.


Y acabando estas lineas para tener a la gente al tanto de la obra, uno se da cuenta de que este trabajo es bastante duro y poco agradecido, pero uno ya contaba con ello y mientras podamos seguiremos en ello, sin prisas y sin agobios. Recibiendo visitas y ayudas, ánimos y alientos, para entre todos volver a dejar una parte de nuestro pueblo en perfecto estado de revista.

Seguimosss.



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