domingo, 10 de enero de 2016

Capitulo 709: Ruta en Garrovillas de Alconetar.

Un año mas sobre nuestras espaldas, nos volvimos a poner en ruta en la jornada dominical. Después de tanta fiesta, uno empezaba a echar en falta el salir a disfrutar y explorar nuevos lugares de nuestra comunidad extremeña, la cual con el agua caída, està preciosa por cualquier rincón que vayas andando.

La ruta escogida para el día de hoy, transcurría por la preciosa localidad de Garrovillas, la cual era una gran desconocida para los que hoy hemos hecho la ruta. Es verdad que es un pecado sin perdón, el no haber ido antes a este pueblo y hoy después de pasear por sus calles y disfrutar de su majestuosa plaza, me ha dado mas vergüenza si cabe el no haber ido antes.

El caso es que a las siete de la mañana, con un aire que acojonaba de lo fuerte que era, quedábamos en la plaza de Huertas, donde a esa hora, no había ni pájaros si quiera en ella. Montando en el coche, nos poníamos rumbo hasta la panadería del motor, donde recogemos el pan para el posterior muerdino.
El agua caída había dejado rastros en forma de charcos por las calles del pueblo y una fina lluvia hacia acto de presencia, para la cual, hoy ante tales previsiones nos habíamos preparado.

Garrovillas esta a poco mas de una hora de viaje desde nuestro pueblo y la carretera està en perfecto estado hasta allí. El pueblo tiene casi dos mil trescientos habitantes y el ganado es su mayor sustento, aunque es verdad que el turismo también tiene mucho que ver en el mismo, solo hace falta comprobar la cantidad de casas rurales que hay y los bares que existen, que a uno siempre le sirven de referencia para catalogar la forma de vida del lugar.

La ruta escogida hoy al azar, transcurre por unas callejas por donde se camina bien, muy llana y no muy larga, para comenzar el año tranquilamente, no ha estado mal.


Al llegar al pueblo el agua caía con fuerza y nos hacia pensar en esperar un rato hasta que aflojara un poco la lluvia, mas bien porque entre otras cosas, se veía poco y caminar en la oscuridad y bajo la lluvia te puede llevar a tener algún percance. Pero ha sido bajarnos del coche y desaparecer el agua, por lo que colgándonos las mochilas y teniendo a mano los chubasqueros, hemos comenzado a buscar el inicio de la ruta.
Cuatro senderistas por mitad del pueblo aun desperezándose de la noche airosa y lluviosa anterior, eran presa de los ojos de vecinos que tras las ventanas y puertas, nos veían alejarnos a campo abierto.


Con las primeras luces del alba nos topábamos con la iglesia del pueblo, la cual es una autentica joya. Un poco mas adelante, un convento medio en ruinas nos hacia entristecer al ver que estas cosas pasan en cada uno de los pueblos que visitamos y nos da pena, que no se tomen medidas para impedir esto.

La ruta es difícil de seguir si no la tienes descargada, puesto que hay numerosos cruces de caminos y varias rutas señalizadas, coinciden varias veces por el mismo recorrido. Así hemos dudado en un par de ocasiones por donde continuar, pero eso forma parte de nuestras rutas y nos alegra la mañana que seguía dándonos una tregua con respecto a la lluvia.

El terreno se empezaba a llenar de almendros, los cuales en época de floración deben de estar preciosos para visitarlos. Probar alguna de las almendras que quedaban todavía en los arboles era una obligación, aunque nos hemos topado con varias que estaban amargosas de verdad, por lo que hubiera sido mejor dejarlas en los arboles.

Seguíamos caminando a buen ritmo, los llanos por donde íbamos nos animaban a caminar deprisa y lo mas bonito de esta ruta nos salia a nuestro encuentro. Unos pinares en medio de un precioso berrocal que antes ninguno de los que íbamos, habíamos contemplado en ninguna de nuestras rutas. los inmensos pinos son piñoneros y nos contaban nuestros amigos de Garrovillas, Paco y Fefa, que existe gente en el lugar que los comercializa y se gana la vida con ellos.


En uno de estos parajes nos hemos comido el muerdino, observando con algo de miedo que el cielo empezaba a coger otro color y el agua aparecía en ese mismo instante. No ha sido mucha por lo que no nos ha fastidiado el mejor rato de los domingos.

Recogidos los trastos hemos seguido caminando tranquilamente puesto que nos quedaba poco que andar y el terreno no ofrecía ninguna dificultad, por lo que es muy ameno conversar de nuestras cosas según caminamos.



Y así como el que no quiere la cosa, nos plantábamos de nuevo en el pueblo y en ese mismo momento comenzaba a diluviar, ha sido poco rato y nos ha dado el tiempo justo para llegar a casa de nuestros amigos donde hemos estado un rato con ellos, disfrutando todos de unas deliciosas y frescas cervezas que nos han convidado.

Pero antes de regresar debíamos de volver a la plaza del lugar, la cual me ha dejado encantado y si encima te buscas gente del lugar que te explique cada rincón de la misma, pues la visita merece la pena.

Y con pena nos hemos despedido sin poder estar mas tiempo puesto que nos quedaba la vuelta y el día no era de los mejores para conducir, por lo que hemos puesto rumbo de vuelta sobre las dos del medio día, pasando por Caceres para dejar a nuestra compañera Rocío a la cual la echábamos de menos en el grupo.


Sin duda que Garrovillas es un lugar donde merece la pena y es de obligado cumplimiento, el ir a conocerle.

Gracias Paco y Fefa por vuestra calurosa acogida y estoy seguro que pronto volveremos a realizar alguna de las muchas rutas que existen por la zona, la cual tiene mucho que visitar.

Nos vemos por las callejas y plazas.

La ruta








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