jueves, 23 de abril de 2015

Capitulo 647: Tu, te bajas aquí.



..Y por mucho que insista, tu, no me haces caso. Te miro y espero tu reacción, alguna palabra mal sonante, algún insulto y después de esperar un breve espacio de tiempo, no oigo nada. No te reconozco, ¿Que te pasa? Te noto cansado, te ha cambiado hasta el carácter, ¿va todo bien?
Hace unos meses que no charlamos, acuérdate que tenemos pendiente tus memorias, aquellas que según tu, iban a ser mas largas que la telenovela aquella famosa de "Los ricos también lloran..."

El Womand está a las puertas y sabes que tenemos que ir. Conoces a demasiado gente como para dejarlas colgadas, si me has dicho que tienes hasta alguna que otra pulsera preparada para su venta, de algún lado hay que sacar para subsistir todo el fin de semana. Venga, prepara la mochila, pon dentro algún que otro litro de kalimotxo y pon rumbo a la avenida, seguro que pasa alguien y nos monta. Se hace tarde y el autobús que sale para Caceres no anda esperando.

Este invierno te ha atacado mucho el frío, en cuanto llegue julio, ponemos rumbo a Pamplona, a día de hoy, puedes presumir bien alto de ser de los primeros "Huerteños" en ir a los San Fermines, lo de correrlos... esas batallitas es mejor que las cuentes tu. Alguno ni se creen a día de hoy tus andanzas por aquellas tierras, que envidiosos hay por todos los sitios de la tierra.

Va siendo hora de dejarte ayudar, no puedes seguir así. Deberías de cuidarte algo, ya vale siempre de ayudar a todo "quisqui" y no mirar nada por ti. ¿Te crees que se van a acordar de ti?


....Pues si, la verdad es que hoy algunos andábamos esperando que te levantaras, y allí, delante de todos los que te hemos ido a despedir, te pusieras en pie y empezaras a escupir por tu boca, sapos y culebras. No puede ser que sigas tan callado ante la homilía de Pepe. El pobre cura te ha aguantado tantas alar dinas, que seguro que va a ser el primero en echarte de menos.
Y predicando dice en voz alta que cada uno vive a su manera, en Dios, pero a su manera y en ese momento no puedo estar mas de acuerdo con el párroco. Tu fuiste el primer hippy del pueblo, ese galardón no te le puede quitar nadie y como buen hippy así estuviste actuando gran parte de tu vida.

Pero el que te conocía bien, sabia que un rincón de ese tísico cuerpo, un pedazo de corazón emergía alguna que otra vez al cabo del día. No existe ningún ser humano que sea capaz de ser mal hombre las veinticuatro horas del día, es imposible. Por eso en el momento en que te sentías lucido, aprovechabas para ser buena gente, lo siguiente todos lo sabemos. Enfermedades que no reconocemos y que nos obcecamos en esconder, Como si fuera de cobardes el pedir ayuda.
La misma culpa tiene quien necesitando ayuda no la pide, como el que, sabiendo que alguien necesita ayuda, no la da. Y así, unos por otros la casa sin barrer y tus días acortándose a pasos agigantados. Y a pesar de dejarnos muy joven, esquivaste tantas veces la muerte, que nadie se podía esperar que esta vez fuera definitiva.
Mi foto en tu pared, junto a la de Goyi, pegando a la de Emilio Curiel. Tu sangre huerteña te empujaba a no renegar de tus paisanos, aunque estoy seguro que si hoy hubieras podido asomar la cabeza en la homilía, mas de algún vecino o vecina, se hubiera ido calentito para su casa. Así eras tu Diego y así te conocíamos todos.

Y esto se acaba aquí, y el próximo octubre mi padre no te encontrara para felicitarte. No puede olvidar aquellas fiestas del Rosario, donde un padre inmensamente contento como el tuyo, donaba las mejores vacas al pueblo, para que aquel día celebraran sus capeas.

Que deprisa viviste todo lo que te pertenecía, sin apreciar lo hermoso de la vida, de la familia y todo lo que nos rodea. Esa fue tu voluntad y así la has cumplido hasta el ultimo día.

Y si, ya has visto como he tenido los huevos de entrar en Misa a despedirte, tal y como te prometí. Y escribiendo estas lineas me doy cuenta del enorme vacío que un huerteño delgaducho y con mucha nariz, va a dejar en su pueblo.

Hasta siempre amigo Torremocha, aunque tu no lo creas, te voy a echar de menos, granuja. Esto no se le hace a los amigos.

Descanse en Paz.












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