domingo, 9 de septiembre de 2018

Capitulo 923: Cuando la víbora se inyecta su propio veneno.


Seguramente que si me pilla en otra época ni siquiera le hubiera echado cuenta al asunto, porque otra cosa no, pero las espaldas las va teniendo uno llenas de todo tipo de improperios a la misma vez que vas cumpliendo años. Pero hay cosas que uno no puede dejar pasar por alto cuando de grandes mentiras te rodean. Aunque se perfectamente que quien me conoce de verdad no dudaría de mi verdad.

El hecho es que estos días atrás saliendo del consultorio médico al cual acudí a curarme el dedo que me reventé currando, después de escuchar los consejos de nuestra  ATS Graciela, (la cual aprovecho desde aquí para revindicar una calle con su nombre en Huertas de Ánimas,) salí en busca del coche. Al montarme en el mismo y arrancar, justo a la altura de la farmacia emparejé con una vecina la cual me comentó algo sobre una obra que tenía pendiente de hacer de un amigo suyo, sus palabras fueron que ya tenía elegido el  suelo que había de colocar en su casa. A la misma vez que hablaba con esta vecina salía de la farmacia mi suegra, que venía de hacer alguna compra de la farmacia. Al verme se acercó hasta el coche para preguntarme como había quedado de la cura, a la vez que saludó a la vecina que había allí conmigo hablando. Como por suerte uno últimamente anda bastante liado con el trabajo, una tercera vecina se acercó a preguntarme como andaba una obra que estaba haciendo en un local de Trujillo el cual tiene que limpiar ella, por lo que la conversación se alargó unos minutos.

Si esta tercera vecina no me llega a contar el otro día la historia que ha creado la víbora que desde un balcón próximo a donde se produjo nuestro encuentro engendró, ni me hubiera acordado de aquella conversación.
No es normal que personas tan mayores que andan intentando superar enfermedades graves se dediquen a otras cosas que no sean vivir en paz con ellos mismos, por si tuvieran la mala suerte de no superar dichos dolores y dejaran de existir, siempre pensé que esto sería al revés y quien una vez hubiera visto los pies a San Pedro, la forma de vida hubiera de cambiarles. Parece ser que por lo menos esta vecina a decidido todo lo contrario y da la sensación que desea que su mal se extienda sobre el pueblo.

La historia que se ha inventado es de ser tan mala persona que me parecen igual de mala gente las personas que se lo han creído, puesto que su veneno lo extendió rápidamente por los lugares donde este ser se mueve.

Ese día fallecía en Huertas Don Paco Bravo, un huerteño que no dejó indiferente a nadie del pueblo, unos defendían sus ideales y otros estaban totalmente en contra de ellos. Entre estos últimos me he encontrado siempre, pero lo mejor es que siempre que pude se lo debatí en vida por lo que ya sabía Paco que nuestras ideologías eran totalmente contrarias. Esto no quiere decir que compartiera con él que Huertas se mereciera un trato mejor por parte de todos los gobernantes que hemos tenido. Desde su postura siempre defendió eso y hay que reconocérselo.

Pues la historia inventada desde un balcón fue que las tres personas que había alrededor de mi coche y yo, nos burlábamos y reíamos de la muerte de Paco, así como si festejáramos ese hecho. De verdad que cuando esta vecina me contó el bulo que había movido por el pueblo esta víbora, no podía dar crédito a lo que escuchaban mis oídos. Tuve que volver a decir a esta mujer que me repitiera lo que me había contado.

Estoy un poco triste puesto que jamás pensé que se pudiera caer tan bajo e inventar este tipo de historias y sobre todo que las inventen personas que lo estén pasando supuestamente mal, puesto que ya no sé si será verdad.

Así que prefiero contar estos bulos por aquí y dejar las cosas claras desde un primer momento.

Hay "víboras" que cuando se inyectan su propio veneno son letales. !Que pena!.




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